"Hope in white"
El cielo del atardecer de colores llameantes era recorrido por una majestuosa criatura de colores blanco y fuego mientras sobre su lomo iba cierto joven de cabello verde alborotado.
El pokemon legendario de nombre Reshiram volaba a toda velocidad en dirección a aquella torre llena de memorias tanto para ellos como para otra persona portadora de su contraparte. ¿Por qué se dirigían a ese lugar? Pues segundos antes de que Reshiram se encontrara con su maestro y volviera a sus manos, una luz azul había iluminado todo el rojo de la tarde y había llamado la atención del entrenador del cubo de rubik. N reconocía perfectamente ese azul eléctrico, el mismo azul de uno de sus lugares favoritos, el mismo azul de los ojos de aquella que le había enseñado a amar la Teselia que conocía, tal y como era, donde humanos y pokemon vivían en armonía unos con otros. Era el mismo azul que parecía llamarlo desde un mundo distante y lejano a encontrar la sombra de lo que era su verdad.
La voz de Reshiram en su mente alejó el resto de sus pensamientos por un segundo y le hizo concentrarse en la torre a la que se acercaban.
"Maestro, me alegro de verle otra vez"
N sonrió ante ese comentario y agradeció a la joven de coletas internamente por haberle permitido volver con Reshiram, cosa que no esperaba que hubiese pasado para ser sinceros, pero desde lo más profundo de su corazón agradecía que las cosas se hubieran tornado de esa manera.
- Yo también me alegro de poder estar contigo Reshiram- El de ojos azul nublado sonrió y acarició lentamente el pelaje de su dragona blanca veraz a la vez que le daba una pequeña sonrisa y su mente se desviaba otra vez a cierto suceso que aún no creía, entonces su corazón volvió a latir rápidamente y en su estómago se instaló una ligera presión debido a la emoción o tal vez el miedo de que todo no hubiese sido más que una cruel ilusión de su mente, y nada de esto pasó desapercibido para una dragona que sentía fluir cada emoción de su jinete.
"Natural, Maestro. ¿Está pensando en ella otra vez?"
La suave y sería voz de su pokemon logró hacer que su corazón latiera aún más rápido a la vez que un sentimiento confuso llegaba a él como si de una corriente eléctrica se tratase, como si el mismísimo Zekrom le impactara con un fuerte pero dulce rayo fusión debido a una orden femenina. N suspiró mientras miraba hacia el agujero en la torre imponente a la cual estaban entrando siendo cubiertos por la sombra de sus paredes para que un dragón de verdad profunda aterrizase con elegancia en el suelo desierto del lugar.
-Si...- Fue todo lo que respondió el peliverde mientras contemplaba aún con sus vacías esperanzas la habitación tan desolada como él.
En la gran sala en la que momentos antes había estado no había nada, ni tampoco nadie. Las columnas negras eran iluminadas por el rojo del ocaso mientras una ligera brisa levantaba el polvo del lugar y acariciaba el rostro del joven adulto decepcionado meciendo su pelo una y otra vez.
-Hay tantas cosas que quiero decirle...tantas cosas que quiero saber. Pero nunca he podido volver a verla. La he buscado desde que conocí a Rosa, una y otra vez cada vez que veía su recuerdo... Reshiram, incluso la confundí con un chico esta tarde...- Ante el último comentario el joven dio una ligera carcajada mientras acariciaba una de las columnas de negro puro del lugar para luego ligeramente apretar su agarre en esta con su mano recordando la sensación de la mano que lo sostuvo hace rato- No lo sé, había sido tan...familiar.
Reshiram recordó al chico al que había mencionado su maestro y la duda también surgió en ella mientras veía a su amo sufrir. Es cierto, ese chico junto a la joven de nombre Rosa era demasiado familiar, y su aura no podía identificarla como otra que no fuese la de aquella que portaba a Zekrom, Reshiram incluso pensó sentir su presencia en aquel momento pero no estaba tan segura de esa información como para dársela a su amo y alimentar sus esperanzas en vano; pero por otra parte sentía que aún si no fuera cierto, aún si hubiese sido su imaginación, necesitaba darle a su entrenador algo a lo que aferrarse para no perder sus esperanzas. Además no era sólo él quien extrañaba a la heroína de los ideales.
Decidida a contarle a su amo Reshiram levantó su cabeza para hablar mas algo brillando en el suelo cuando ella se movió captó su atención. Un pedazo de algo negro y amarillo brillaba en el piso rocoso del lugar siendo iluminado por los últimos rayos del día. Reshiram llamó a su maestro y señaló el objeto a su lado y pudo ver como N lo recogía del suelo lentamente analizandolo.
-Parece parte de una ultraball. Una de las pokeball con mayor ratio de captura... ¿Será de la batalla con Rosa?- N analizó más el pequeño fragmento de ball en su mano, estaba detruido totalmente y sólo un pokemon muy poderoso llegaría a hacer añicos de esa forma una pokeball.
"No Maestro, la pokeballs que usó aquella muchacha en mi ninguna se rompió de esa forma sólo quedaron inutilizables y ella las recogió luego..."
La palabras de Reshiram sorprendieron al contrario mientras su atención iba otra vez al pequeño pedazo de plástico y metal en sus manos entonces algo llamó la atención de ambos. Una pequeña corriente eléctrica se manifestó en el objeto y desapareció poco a poco.
"Eso era electricidad...Zekrom"
-Zekrom estuvo aquí- N miró fijamente y anonadado a su pokemon mientras ambos llegaban a la misma conclusión -Pero está ball, significa que alguien intentó capturarlo y al parecer lo logró aunque no en el primer intento...
La mirada de N volvió a aquel pedazo negro mientras lo apretaba en su puño. No entendía que estaba pasando ¿Acaso ella también había decidido cederle su pokemon a alguien a quien consideraba digno? Si ese era el caso y ahora no podía intentar buscarla localizando a Zekrom... ¿Entonces como podría reencontrarse con ella? ¿No se volverían a ver?
"Maestro aún hay un ligero rastro eléctrico en el aire, podemos seguirlo"
Las palabras de Reshiram hicieron que todo pensamiento depresivo dejara por momentos al joven mientras ilusionado y con una mirada de determinación guardaba aquel fragmento en uno de sus bolsillos y subía al lomo de su legendario para salir por el agujero superior de la torre y directo al cielo ahora estrellado a una velocidad impresionante.
Pasaron las horas de vuelo entre el paladín de la verdad y su dragona veraz para obtener como resultado nada. Sólo una ligera tormenta a lo lejos que cuando trataron de alcanzarla se esfumó por completo, ambos estaban cansados a pesar de que cierto joven aún no se rendía pero podía sentir como la velocidad y altura de su pokemon iban disminuyendo a medida que pasaron las horas.
Serían las 11: 40 de la noche y ninguno había probado bocado desde temprano en la tarde además de que empezaba a hacer frío y era una de las cosas que más detestaba su pokemon legendario por lo que aún si el quería seguir debía pensar en la seguridad y felicidad de su amigo primero y así hizo.
N dio a Reshiram la orden de bajar y descansar en la ciudad más cercana la cual resultó ser aquella ciudad impregnada de recuerdos para él, tanto buenos como malos. Mayólica.
Reshiram aterrizó disimuladamente en las afueras de la ciudad en el pequeño bosque de la ruta exterior para no llamar la atención ya que cualquiera notaría a un dragón gigante de 3 metros de alto de color blanco en la noche. Afortunadamente para ambos no había nadie en el bosque esa noche y el guardia que cuidaba el puente a Fayenza andaba dormido increíblemente, al parecer no había mucho que hacer.
Con un ligero y suave comando Reshiram volvió al interior de su pokeball roja y blanca a la vez que su amo se dirigía camino a la ciudad para hospedarse en el centro pokemon durante la noche.
A medida que N caminaba comenzaba a recordar otra vez sus hallazgos en la Torre Duodraco así como el curioso encuentro de la tarde, entonces algo cruzó por su mente. Rosa había ido a la Torre Duodraco porque el se lo había pedido, para despertar a Reshiram otra vez. ¿Y si Touko había hecho lo mismo que él? Entregarle Zekrom a alguien más... ¿Y si esa persona había ido a la Torre por la misma razón? ¿Y si aquel joven de nombre White era esa persona?
Rosa le había comentado que White estaba investigando sobre los dragones, que había ido a aquel lugar expresamente a investigar y que parecía saber información que otros no conocían, cosa que pudo comprobar cuando le oyó decir no sólo su primer nombre sino su nombre completo e incluso lo relacionó con el equipo plasma, cosa que gracias a Mirto el ex-campeón nadie sabía más allá de los involucrados en el evento de hace dos años. ¿Sería Touko quien le había contado? ¿Ese chico habría ido a invocar a Zekrom de la misma forma que Rosa hizo con Reshiram? N necesitaba respuestas y pretendía encontrarlas.
Luego de recibir la llave de su habitación de manos de la enfermera Joy y haber pagado de antemano su estancia, siendo que cada entrenador podía quedarse hasta por tres noches seguidas sólo por un precio muy bajo y asequible hasta por los niños. Una vez sentado en su cama del centro pokemon no pudo evitar mirar por la ventana y ver como desde ahí se veía a lo lejos la impresionante noria gigante, su atracción favorita del lugar.
Antes de llamar sin intención a todos sus recuerdos otra vez el joven de ojos cielo nublado saco de uno de sus bolsillos la pieza negra de pokeball y junto a esta su videoemisor el cual no usaba hacia bastante tiempo. Siempre había tenido un videoemisor, usualmente lo usaba para mantenerse en contacto con sus hermanas, nunca nadie a parte de ellas había tenido su número, y por mucho que en su momento había pensado dárselo a Touko suponía que luego de cierto incidente ella no querría saber nada de el y menos tener su número, además sólo con su número no podría hacer nada si ella no era quien se decidía a hablarle.
N suspiró pesadamente y recordó el número que oyó una vez por parte de su Zoroark en manos de Rosa. Con pesar y un poco de vergüenza de escribir tan tarde envió un mensaje de texto a la joven de ojos río.
"Buenas noches, Rosa. ¿Como te fue con Kyurem? Soy N, perdona que te escriba, Zoroark me dio tu número. Necesitaba un favor de tu parte, es importante. Le dirías a tu amigo White que se reuniera contigo mañana en la tarde frente a la noria, y déjame ir en tu lugar... Solo puedo contar contigo"
N había tratado de ser lo más específico posible y educado pero cierta parte de el no sabía bien como hacer eso por mucho que se tratase de un simple mensaje, el nunca usaba esa vía para comunicarse. Aunque aún así ya estaba hecho lo que quería, y esperaba que Rosa le apoyase con esto ya que por el momento era quien único tenía.
Luego de unos diez minutos y medio la pantalla de su videoemisor blanco y verde se encendió otra vez mostrando una respuesta a su mensaje anterior.
"Lo que usted desee mi señor, N"
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