[11] EL PLAN DE MAGGIE

—Lo siento, sé que tenía que estar de regreso por la noche, pero me quedé dormida —exclamó Lara mientras corría hacia la tienda que compartía con Daryl.

—Está bien —respondió Daryl—. Descubrimos quién mató a Justin.

—¿Sí? —preguntó Lara—. Rick se olvidó de mencionar eso. ¿Quién fue?

—Cyndie y un par de chicas de Oceanside —respondió Daryl—. Querían venganza por la muerte de sus familias.

—¿Y las dejaste? —preguntó Lara—. ¿Es por eso que estuve escuchando a la gente decir que Arat también está muerta?

—¿Quieres saber qué les dijo antes de asesinar a sus familias? —preguntó Daryl—. Ella dijo "sin excepciones". Se lo merecía.

Lara retrocedió en el tiempo a un momento que no quería revivir. Vio a Negan parado en el bosque, su silueta contra los faros de los camiones estacionados a su alrededor, el bate de béisbol goteando sangre cuando lo balanceó sobre su hombro y golpeó su objetivo.

—Dios, eso me hace sentir enferma.

—Lo sé —dijo Daryl—. Y los Salvadores se fueron.

—Genial —dijo Lara.

—Pero bueno, ¿cómo está Ro? —preguntó Daryl—. ¿Está bien?

—Está bien —dijo Lara—. Ella extraña a su papá.

—Cuando el puente esté terminado, estaremos juntos de nuevo —dijo Daryl.

—Te extrañé anoche —dijo Lara—. Despertar sin ti es una sensación extraña.

—No te vuelvas a quedar dormida en Alexandria y estaremos bien —respondió Daryl, besando la frente de Lara.

—Te amo —murmuró Lara.

—Yo también te amo —respondió Daryl.

Salieron y se sentaron mientras Daryl cortaba una manzana con un cuchillo. Mientras lo hacía, le entregó rebanadas a Lara, y ella observó a Rick mientras se abría paso por el campamento. Él sabía lo que estaba haciendo, y hasta el día de hoy Lara todavía tenía fe en Rick, pero aun así, podía ver que la fe de Daryl en él vacilaba. Desde su decisión de perdonar a Negan, habían estado en desacuerdo y Lara no estaba segura de que alguna vez volverían a estar como antes.

Cuando Rick pasó junto a ellos con un walkie-talkie en las manos, hablando de retrasar a Maggie en las puertas de Alexandria, Lara maldijo en voz baja para sí misma mientras miraba a Daryl—. ¿Qué diablos está haciendo?

—Terminando con esto —respondió Daryl, poniéndose de pie—. Como se suponía que debía ser —se acercó a Rick—. ¿Qué pasa?

—Maggie se dirige a Alexandria —dijo Rick—. Está a punto de hacer algo de lo que podría arrepentirse.

—Súbete —dijo Daryl—. Te llevaré.

Lara entrecerró los ojos—. ¿Estás seguro? ¿Tienes suficiente combustible?

—Sí —respondió Daryl—. Llegaremos más rápido.

Había algo en los ojos de Daryl mientras hablaba; algo que no le sentó del todo bien a Lara. ¿Por qué querría evitar que Maggie matara a Negan cuando era todo lo que quería desde que Rick decidió perdonarlo?

Mientras observaba la motocicleta de Daryl salir del campamento, sus ojos se abrieron.

Maggie iba a matar a Negan.

Y Daryl iba a hacer todo lo posible para ayudarla.

Lara agarró las riendas del caballo de Rick y saltó a la silla. Odiaba montar a caballo, pero saber que no solo Maggie, sino también Daryl, iban a hacer algo de lo que se arrepentirían le hizo olvidar su miedo.

Le dio una patada al caballo y salió del campamento. Sabía que no alcanzaría a Rick y Daryl si iba a pie y, aun así, no estaba segura de poder alcanzarlos a caballo, pero tenía que intentarlo. Al salir del campamento, le gritó a Carol que se quedara vigilando y sujetó el sombrero de Carl con una mano para evitar que se le saliera volando de la cabeza y las riendas con la otra.

Mientras cabalgaba, escuchó disparos que sonaban como si vinieran del campamento. Con ese ruido atraerían hacia ellos a los rebaños Tybalt y Cordelia, cortesía de la fascinación de Eugene por los personajes muertos de Shakespeare.

Lara quería dar marcha atrás, pero en ese momento estaba más preocupada por Rick y Daryl. Cuando vio la moto de Daryl tirada en medio de la carretera, se apresuró a desmontar el caballo y ató las riendas a un árbol cercano.

—¿Rick? —dijo Lara en voz baja, sacando su arma—. ¿Daryl?

Se resbaló en un trozo de tierra y sintió que su cuerpo golpeaba el suelo, deslizándose por un pequeño risco. Se las arregló para agarrar la raíz de un árbol y evitar resbalar más, y vio a Rick agachado al borde de un pozo.

—¡Rick! —dijo Lara en voz alta.

—¿Lara? —respondió Rick, la confusión escrita en su rostro—. ¿Qué estás...?

—No podía dejar que ustedes dos, idiotas, hicieran algo estúpido —dijo Lara—. ¿Dónde está Daryl?

—Allá abajo —respondió Rick—. Ayúdame.

—¿Qué sucedió? —preguntó Lara.

—Caímos en un pozo —respondió Rick—. Los caminantes cayeron detrás de nosotros. Tenemos que sacarlo.

—Mierda —dijo Lara—. Daryl, tienes que darte prisa.

—¡Me estoy dando prisa!

Rick agarró la rama de un árbol, pero no pudo alcanzar lo suficiente para agarrar a Daryl—. ¿Lara?

Ella asintió, agarrando la rama del árbol con una mano y agarrando la mano de Rick con la otra. Rick se inclinó hacia el pozo, alcanzando la mano de Daryl.

—Toma mi mano —dijo Rick—. Ya casi llegas. Vamos. Ya casi llegas. Hermano... hermano, toma mi mano.

—¡Toma su maldita mano! —espetó Lara.

—Muy bien, Lara, ¡tira! —dijo Rick mientras los dos sacaban a Daryl del pozo. Cuando golpeó el suelo, la voz de Rick gritó—: ¡Cuidado!

Mató al caminante detrás de Daryl, quien se puso de pie y se encargó del otro. Cuando el peligro pasó, Lara se estrelló contra su pecho, sus manos se posaron en las mejillas de Daryl mientras lo miraba en busca de heridas.

—¿Estás bien? —preguntó ella sin aliento.

—Sí, estoy bien —respondió Daryl.

—Vamos —dijo Rick.

—Hubo disparos en el campamento —dijo Lara—. Tenemos que volver.

Volvieron con dificultad a la carretera, donde el caballo de Lara y la moto de Daryl aún esperaban.

Daryl le hizo un gesto a Rick—. Vamos.

—Espera —dijo Rick—. Voy a quedarme atrás y guiarlos lejos del campamento.

—¿Qué? —preguntó Daryl.

—Me quedo —respondió Rick.

—¡No, viejo! —protestó Daryl.

—No voy a renunciar a eso, todavía no —respondió Rick.

—El río —dijo Daryl—. Llévalos al puente. No resistirá el peso, y serán arrastrados al mar.

—No, no voy a sacrificar el puente —dijo Rick—. Encontraré otra manera.

—¡No hay otra manera! —gritó Daryl.

—¡No voy a destruir el puente! —gritó Rick—. Lo necesitamos.

—Bien —respondió Daryl.

Lara saltó sobre Rick y lo abrazó con fuerza—. Ten cuidado, y por el amor de Dios, no te mueras.

—Te amo, Larita —respondió Rick—. Volveré, lo prometo. Siempre vuelvo.

—Oye —dijo Daryl—. Ten cuidado.

—Tú también —respondió Rick—. Cuida de mi hermana, Daryl.

—Lo haré —respondió Daryl.

Cuando Lara se sentó en la parte trasera de la motocicleta de Daryl, vio a Rick montar su caballo y no pudo evitar la sensación de que esta era la última vez que vería a su hermano.

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