Los oídos le zumbaban, las partículas en el aire crepitando con cargas eléctricas.

El cielo estaba despejado y hacía un calor húmedo que derretía los huesos. Era un día hermoso de verano, una tarde preciosa para una tragedia.

La noticia había corrido como pólvora. Y ella se había encontrado al pie de los pasillos de la enfermería antes de que se diera cuenta. Su mente llena de bromas tediosas, risas llenas de libertad y deleite, y una voz socarrona llena de arrogancia, pero aún en sus peores momentos, había sido la cúspide de la seguridad y la confianza.

Ahora todo era silencio mientras caminaba sin titubear hacia la cúspide de energía maldita. El poder de él resonando como una muestra más de poderío muy por encima de los demás, acallando las dudas y los murmullos de los fantasmas.

Libre e ilimitado. Pero con algo pastoso y peligroso mediante ella se acercaba. Como una llamada de alerta, una advertencia.

Tal era el trabajo que habían elegido, una cucharada de realidad que incluso los más fuertes no están exentos. Más jóvenes que él no habían regresado, y más experimentados también habían fracasado. No había ninguna razón para consolar a nadie cuando era parte del oficio. Pero Utahime estaba ahí, asomando la cabeza y viendo su espalda en el borde de la azotea, y era como si estuviera dentro de su territorio en el borde de un precipicio.

Los vellos se le erizaron de la frialdad y el susurro gélido de energía bruta chasqueando con descargas eléctricas en sus mejillas, el viento inexistente moviendo su cabello como un halo blanco que lo arrancaba de su humanidad.

—¡Utahime! —pero cuando él volteó a verla no había tristeza o frustración, sino un enfermizo deleite en su semblante. Como si hubiera sido más rápido que las lágrimas, el dolor o la furia. Como si no hubiera un funeral abajo donde él no se presentó. Como si no estuviera solo en está azotea, casi escondiéndose de su fracaso.

Como si no hubiera tenido la previsión siquiera de cambiarse la ropa hecha jirones y desangrada.

Él tenía una sonrisa y Utahime quería llorar, pero contra todo pronóstico, ella le sonrió también, con sus labios temblando por el esfuerzo.

—Me dijeron que le ganaste a la muerte —caminó hasta sentarse cerca de él, esperando cualquier barrera de rechazo o la desestimación cruel de sus sentimientos a flor de piel mientras se burlaba con crueldad; en su lugar, Gojo no se movió ni un centímetro ni dejo de seguirla con esa perturbadora mirada desnuda, brillante y tan, tan azul—. Felicidades.

Los párpados inferiores de Gojo se le contrajeron con un tic y mientras Utahime ponía su diminuta mano en su espalda, con el fantasma de una palmada de ánimo y la dejó ahí, tuvo el pensamiento intrusivo de que ella nunca lo había felicitado por nada y la ironía lacerante quedaba en el aire al darse cuenta que había decidido hacerlo justamente por esto.

—Si. Gane. Volví y deje a ese tipo asesino como media luna, ¿quieres escucharlo?

Ella no quería hacerlo. Ella tenía ganas de sacudirlo hasta que esa mirada perpleja y condenada se desvaneciera. Ella quería saber cómo él se sentía, ella quería saber cómo podía ayudarlo. Ella quería tener la confianza de darle un abrazo y darle un consuelo digno de un senpai con su menor, de un amigo a otro. Encontrar una manera de envolverlo cuando su propio cuerpo que era tan pequeño en comparación con el suyo.

Pero ya era un indulto que él permitiera que ella estuviera cerca y que dejara que su mano siguiera en su espalda, y sabía que no podía empujar más allá. Y si todo lo que podía hacer por Satoru Gojo era quedarse ahí y escucharlo, entonces lo haría, aún cuando todo lo que deseaba era poder hacer más, engañándose mutuamente de que ella no estaba a punto de llorar mientras le sonreía y que él estaba pasando el mejor momento de su vida cuando todavía escuchaba el fantasma de la risa de una niña jugando en la playa con un futuro por delante que no pudo proteger.

—Si, quiero escucharlo.

***

Me quedaron pendientes tres entradas de esta colaboración, y como en Ao3 desde un principio era un solo libro, pues me dije que podía subirlo por aquí también ^^.

Si te suena de algo este capítulo es porque este y el que sigue los publique primero en mi libro de GoUta Thoughts. ¡Gracias por volver a leer! Y si es primera vez que lo lees, ¡gracias también ✨🌼!

Está fue una entrada secundaria que hice con MedusaDiamante 🌸 .
Los escritos son drabbles llenos de mucho GojoHime y quería terminar de subir los que tenía hehe. La próxima actualización será el otro miércoles ;3✨