Cap 129. Chocolates


Grillby no sabía explicarse con precisión, pero desde que había contemplado lo que era capaz de hacer con Fuku, se había esmerado más en analizar a la humana que tenía escondida en su casa. Y no solo ahora para lograr que se reuniera con su hermana, sino con el simple hecho de querer comprenderla en primer lugar al ser muy selectiva el como se mostraba ante quien sea. Siendo una máscara andante con o sin ella puesta.

Le parecía interesante el hecho de que era capaz de mantenerse alerta a todo su entorno y aparentar ser alguien descuidada como despiste. Como por ejemplo, poner su cabello detrás de su oreja en un movimiento coqueto, pero realmente haciéndolo para escuchar con mayor cautela aquello que tenía su verdadera atención en la cercanía, notándose por la muy sutil arruga que se le generaba en su sonrisa zorruna tras haber captado una presa metafórica. O también, el hecho de gustarle fumar, pero nunca permitir que el humo le llegase directamente a la cara con tal de no afectar su olfato desarrollado. Y recientemente descubierto, el hecho de no permitirse sudar con tal de no dejar huellas dactilares en ninguna parte. Descubrir eso había sido por la casualidad de recoger los trastes y llamarle la atención de que no hubiese tal cosa siendo ella humana, pero tenía sentido que se enfocara en permanecer lo mayor posible en el anonimato tratándose de alguien que había muerto hace años. Así que, siendo alguien que se mofaba de ser una buena prostituta en cada oportunidad, no podía evitar preguntarse cómo era que lo lograba.

Su personalidad que pretendía ser indiferente y burlona con lenguaje soez de por medio, formaba parte de un disfraz que procuraba mantener con latencia. Entre sutiles descuidos, había podido captar que fuera de todo ello había una tristeza de ser una mujer sin un rumbo fijo, pero que se mantenía lo mayormente a flote en busca de algo no muy específico, pero que le ayudaba a mantenerse cuerda.

Y sobre todo, Chara era bastante astuta, tal vez sin que ella supiera realmente el potencial que tenía. Había contemplado cómo lograba que Fuku hiciera sus tareas con el fin de que le enseñara matemáticas, pero la había atrapado en el hecho de saber respuestas de cálculos desde antes, con el fin de preguntarle y así hacerle repasar aquello que notaba a simple vista que se le estaba complicando. Y aquello tenía que admitirlo, admiraba de ella. Porque no solo lograba algo que él estuvo por tirar la toalla, sino que lo hacía de un modo que siempre implicaba que Fuku siguiera poniéndose a ella misma en primer lugar, sin hacerle sentir menos y apreciar el hecho de estar aprendiendo. Era simplemente asombroso, y eso le hizo cuestionarse cómo era posible que ella no se diera cuenta del bien que le hacía a los menores de edad, considerando que la amiga de Fuku de vez en cuando iba a visitarla y convivían las tres juntas. Y era claro que la admiraban más de la cuenta, queriendo su atención en todo momento.

Aquello le hizo cuestionar si ella de algún modo le estuviese manipulando sin que él se percatara, pero por más que la evaluaba dentro de todo, sólo encontraba hostilidad de su parte disfrazada con coquetería vacía. Dejando en claro que pese al tiempo conviviendo de una u otra forma, aun así no tenía su confianza todavía. Sobre todo al marcarle que siendo el mejor amigo de Sans, había cosas que prefería ni siquiera insinuarle con el fin de evitar algunos de sus planes que aparentemente estaba por ejecutar en cualquier momento, si es que no lo estaba haciendo ya.

Pero en verdad era una pena que siguiera marcando distancia de manera defensiva. Porque, más allá de querer reunirla con su hermana que también le ayudó con Fuku en un mal momento, estaba intrigado en la posible historia que tendría consigo ante el hecho de ser tan maternal tras una vida sumamente delictiva y anónima. Siendo del perfil que le había gustado investigar en el tiempo que estuvo trabajando con el reconocido detective Michael Hallyton. Quien por cierto, ya se encontraba seguramente investigando cualquier paradero que tuviera ahora que tenía pistas suficientes para saber que se encontraba viva en alguna parte. Así que cada vez se estaba quedando con menos tiempo, antes de que la situación estallara en cualquier lado.

-¡Aggh! Estudiar esto es aburrido. –Exclamó Fuku tras dar página a su libro. Estando comiendo sobre la barra al querer apurarse y darse una oportunidad más de repasar al mismo tiempo. Aquello solo le hacía sonreír internamente. –¿A quién le importa que se memoricen ciertos datos si de cualquier forma no logramos comprender lo memorizado en sí?

-Pues a mi me da mucho gusto ver que te estás esforzando.

-Tengo que hacerlo, no quiero tener ningún deber con Sans en cuanto vuelva a verlo. –Expresar su nombre hizo que generara una mala expresión, cosa que le causó algo de gracia al ser evidente que se esforzaba en dejar en claro su desagrado, pese a que el mismo Sans se encontraba lo bastante ocupado en sus propios asuntos para acordarse de ella. –Cuando más lejos de formar parte de sus fechorías, mejor.

-Tranquila, Sans no te pediría algo excesivo si fuera el caso.

-No eres un buen ejemplo para eso, tío. –Grillby tuvo que borrar su sonrisa con ese comentario tan acertado. –A lo que he visto que es capaz, ¿qué tal si me pide ocultar un cadáver o algo así?

-Jamás te pediría algo así.

-Pero si lo hace, puedo darte buenos consejos, flamita. –Intervino Chara con una sonrisa. Sabrá de dónde había aparecido para colocarse con calma a lado de Fuku. Pretendiendo revisar el libro abierto que tenía a lado de su plato de comida, del cual ya estaba robando un bocado. –La clave está en saber esconder algo a simple vista.

-¡Chara, no!

Pese a que era un tema de desagrado para su sobrina, ella le sonrió con gracia por su comentario que tal vez no era del todo una broma de su parte sin analizarlo tanto. Por lo que en serio no entendía cómo Chara había logrado esa complicidad y confianza en ella pese a casi toda una vida con ella en comparación. Pero solo le quedaba agradecer cuanto menos que hiciera que se enfocara en el estudio por su propia cuenta.

-Bueno, hoy es mi exámen. –Fuku guardó sus cosas en su mochila y se encaminó con prisa hacia la puerta. –Deseenme suerte.

-¡Suerte!

-Tendré la bolsa y pala listas. –Comentó Chara tras terminar de masticar.

Una vez quedado solos, Grillby pensó que ella también se retiraría como siempre, mas no fue el caso por estar recogiendo de un modo no sutil la comida que había dejado Fuku. Y era algo que tenía que hacerse el desentendido cuando era evidente que robaba comida para darla a otros necesitados. Siendo algo más a agregar de las cosas que dejaban en evidencia de tratarse de alguien de corazón amable, pero que en cuanto quisiera hacérselo notar actuaría con agresión. Por lo que esta vez, estaba optando por reconocérselo de un modo más sutil sin entrar a explicaciones que seguramente ella no querría escuchar nunca. Sacando una caja que tenía debajo de la barra y extendiéndosela inmediatamente antes de que se retirara.

-¿Qué es esto?

-Chocolates. –Le sonrió, en espera de que los tomara con gusto tras el aroma que seguramente ya había percibido, pero no fue así y aquello lo puso algo nervioso. Seguramente se estaba viendo como un tonto o algo por el estilo. –Un pajarito me dijo que te gustan.

-¿Y ese pajarito también te dijo que me gusta la verg...?

-Sólo tenlos. –Le interrumpió con pena en aumento. Extendiéndole la caja ahora para que los tomara a la fuerza. –Es un regalo.

-¿Y qué es lo que pretendes obtener a cambio?

-Nada, es un regalo y ya.

-Nada viene de la nada. –Su forma de arquear la ceja le recordó a Frisk cuando no entendía algo. – ¿Y qué te hace creer que sí me gustan?

-Porque Sans me contó que Frisk le dijo eso una vez. –Tuvo que aclarar ante el hecho de notarla muy a la defensiva corporalmente, pero ante la mención de su hermana se suavizó un poco. –Consideré que sería un buen detalle que supieras de este modo que tu hermana siempre te tiene presente para que aun te mencione.

-Oh... pues gracias.

Sin más, le dio la espalda y se retiró sin siquiera dar una explicación de a dónde se iría o si realmente le gustaban o no, pero al menos le había agradecido y llevado los dulces consigo, eso tenía que ser bueno, ¿cierto?

No. Terminó suspirando de frustración en soledad a los pocos minutos. Esa mujer sí que comenzaba a estresarlo, ¿cómo ganar su confianza si ella no permitía en lo más mínimo algún tipo de cercanía? Había considerado intentarlo en los momentos en que Fuku estuviese presente, pero al ver lo bien que se llevaban y el bien que le hacía su presencia a su sobrina, prefería no intervenir con esa interacción entre ellas. ¿Cómo hacerle entender que más allá de tener sus intereses de hacerle un bien a Frisk y por ende a Sans en ello, también quería ayudarle en verdad a ella? Se le estaban acabando las opciones de mantener todo bajo las sombras, antes de que Sans o cualquier aliado a la familia Gaster se percatara de estar manteniendo un secreto que andaba a sus anchas sin preocuparle en lo más mínimo el sacrificio que estaba haciendo. Un verdadero problema que lo tacharía directamente como un traidor.

Así que al momento de que Sans volvió a visitarlo a la misma hora (y tal vez siendo una razón por la cual Chara se había retirado pronto), se cuestionó seriamente en solicitarle algo de ayuda con un tema que seguramente podría conocer mucho mejor que él dada la situación. Pero al verlo de mejor humor, supuso que finalmente había aclarado las cosas con su novia. Cuanto menos, no parecía querer pedir un trago inmediatamente, lo cual agradecía dado que se estaba quedando sin bebidas que se alejaban lo más posible de ser sólo alcohol etílico. Aun así, parecía seguir algo tenso ante cosas que probablemente seguiría sin querer decirle, cosa que respetaría pese a la insistencia de Chara de que aquello no le parecía de confianza.

-Sans, tú que sales con una humana... –El esqueleto levantó la mirada anonadado. Razón por la cual había traído una botella y colocado en la barra como ofrenda, pese a sus quejas internas al respecto. –¿Qué es lo que sabes bien sobre cómo son?

-¿A qué se debe tu pregunta? –Su mirada se había oscurecido por completo.

-Bueno, he considerado quitar el letrero de solo monstruos y que tu novia no solo sea una excepción. –Comenzó a aclararse con la mayor calma posible. –Así que como estudio de mercado, ¿hay algo que pudieras sugerirme sobre qué les podría gustar?

-Comemos y bebemos lo mismo, no hay algo que debas hacer diferente.

-Sí, pero que hay sobre tratos o cosas particulares. ¿Alguna idea de hacer esto más cómodo?

-Esto es un bar disfrazado de restaurante, ¿por qué quisieras hacer más cómodo algo que está hecho para ser un lugar de mala muerte? –Sans parecía más desconcertado que al principio, pero al menos había vuelto el tenue brillo en sus cuencas. –Ni siquiera me permitiste poner flores aquí en mi cita por lo mismo. ¿Qué demonios te pasa para que te importe...?

-No es que me importe, solo estoy aceptando sugerencias. Si no las tienes, déjalo así.

-Pero es curioso, cuando yo te pregunté justo aquí sobre qué sabías sobre las mujeres humanas, aquella vez me respondiste que eran un peligro para sí mismas y para nada una buena opción para relacionarse. Que seas tú ahora quien me pregunte a mi, me hace pensar que...–De nuevo sus cuencas se mostraron bastante oscuras. –Oh dioses...

El tono casi ahogado que lanzó Sans en el instante le indicó que tal vez cometió un grave error en estarle contando esas cosas que tal vez estaba revelando más de lo que creía sin darse cuenta, por mucho que intentara ser cuidadoso. Pero por su enorme sonrisa que le lanzó acto seguido, le afirmó mucho más al grado de incomodar la casi evidente conclusión a la que estaba llegando. Siendo peor la situación.

-No es lo que crees. –Quiso detenerlo a tiempo. –Es...

-¡Te gusta una humana! –Exclamó Sans con una alegría que no le había visto en mucho tiempo, pero en vez de agradarle eso, quiso huir de él inmediatamente ante el hecho de notar que se había subido a la barra para abrazarlo. Lo cual para su mala suerte, no esquivó a tiempo su brazo que le rodeaba el cuello ahora. –Ven aquí. ¡Bienvenido al club, hermano!

Grillby gruñó en sus adentros, agradeciendo cuanto menos que ni Fuku ni Chara estuviesen por la casa en ese momento. No sabría cómo aclarar la situación que se estaba tornando peor para él cada segundo, al grado de avergonzarse demasiado por el malentendido.

-¡No es lo que crees, Sans!

-Si, yo pasé por esa negación. Ya se te pasará. –El tonto le estaba agitando las llamas con el afán de "despeinarlo" a modo de felicitación, a su vez que estaba con aire triunfal que solo le hacía verse como un bobo si alguien los viese en ese momento. –Quién diría que tu respuesta de hace tiempo, implicaba que ya tenías el interés en ellas para saber eso. ¿Por qué no me lo dijiste?

-Enserio no es lo que crees. –Finalmente logró apartarse de él con algo de molestia por su actitud burlona. –Es para una investigación más profunda que estoy llevando a cabo.

-Si, claro. "Profuuuunda".

-¡¡Enserio no es lo que crees!! –Comenzó a acalorarse con su sugerencia.

-Finalmente me harás caso de que a esa niña le hace falta una figura materna, ¿eh? –Definitivamente Sans estaba en lo suyo como para prestarle atención a cualquier argumento que le diera. Podría contarle cualquier cosa en ese momento y no le escucharía salvo lo que le interesaba en el tema, seguramente. –¿Y bien? ¿Cómo es la afortunada?

Grillby iba a protestarle nuevamente de que se estuviera haciendo ideas raras, pero ya sabía que era una batalla perdida por la aparente emoción que le estaba dando el no ser "el único" que estaba en una situación particular interespecie (eso podía notarlo por el brillo que se asomaba en sus cuencas). Por lo que se resignó en al menos aceptar que se trataba de una chica humana.

Pero el simple hecho de pensar en cómo describirla como caso hipotético... le fue confuso. No solo por el hecho de que estaba ante algo que no era la situación por mucho que tratara de aclararlo, sino porque en efecto, era complejo describirla sin entrar a detalles que podrían implicar un problema en crecimiento. Aun no la conocía lo suficiente para describirla en algo mucho más en concreto, y siendo la razón por la cual estaba tratando de consultar a Sans en cuanto se tratase de algo humano. Tampoco era una opción dar información sobre su físico ante el hecho de parecerse demasiado a Frisk en rostro, el cual cubría con obviedades, aunque no tan sutiles como tal vez debería. Y sobre el resto del cuerpo, le daba pena siquiera pensarlo tras tener que admitir en silencio que sí tenía buena figura que dejaba huella mental. Algo que si lo comentara, Sans lo malinterpretaría aún más.

-Pues... tiene su carácter. –Terminó divagando al tener demasiada atención sobre él ahora. Incomodándole que realmente estuviera esperando una respuesta. –No es fácil entablar una conversación con ella dado que siempre entra a la defensiva.

-¿Un reto, eh? Si, suena a tu tipo. Te gusta descifrar cosas.

-Pero una vez que se logra, conversa desde un punto de vista que comprende el dolor, la soledad y el anhelo. –Continuó, analizando un poco la situación dado que no podía dejar de pensar en ello. –En el fondo es cariñosa con quienes la necesitan, pero no permite que otros vean eso.

-¿Y tú buscas que sea cariñosa contigo, no?

-No es lo que... ¡agh! Sans, en serio no es lo que crees. –Se exasperó al grado de tener que quitarse los lentes para masajear un poco entre sus ojos. Estaba siendo un error admitirle que se trataba de una mujer. –Solo es alguien a quien quiero ayudar, pero no se deja de ninguna manera.

-De acuerdo, pero, ¿qué te hace pensar en que debas ayudarla en primer lugar? –Que Sans hiciera esa pregunta le indicó que estaba cometiendo el error de hablar sobre ello con él. En cualquier descuido dado su total interés, podría intuir la verdadera situación y nada saldría bien de eso. –Los humanos parecen no darse cuenta de la intensidad que tienen en su forma de sentir las cosas y eso les hace creer que están atrapados en sí mismos. Y tal vez sí lo estén, pero no del modo que creen.

-Eso fue bastante profundo viniendo de ti.

-Se aprenden cosas estando junto a una humana. Ya lo comprenderás luego.

-En verdad no es lo que crees, pero ya veo que no quieres entenderlo.

-Más bien eres tú quien no quiere entenderlo, estúpido. Y créeme, sé de eso. –Insistió Sans con una sonrisa, tomando la botella con confianza para servirse por su cuenta. –Eres alguien perspicaz, Grill, sabes leer a la gente y encontrar en cualquier rincón todo tipo de información por más escondida que esté. No necesitas de mi ayuda para comprender mejor a una humana, sino que no sabes cómo apelar a algo que seguramente te dejó ver, más no acercarte. Y eso debe estar carcomiéndote mucho porque no es algo que puedas investigar por otras fuentes, es algo que sólo puedes conocer a través del tiempo, dependiendo de lo que te permita ver.

-De nuevo, eso fue bastante profundo. –Tuvo que reconocerlo a la par que se colocaba los lentes de nuevo. –¿Qué es lo que pasa contigo últimamente?

-¿Qué puedo decirte? Frisk me cambió la vida. –Dio un gran trago al grado de acabarse toda su bebida de un solo golpe. –Es una pena que yo también cambié la suya.

Con ese comentario supo que todavía tenía ciertos problemas con su novia, por lo que finalmente se dedicó a prestarle atención en espera de que le contara qué era lo que lo inquietaba, a su vez que tomaba la oportunidad de desviar el tema que no tuvo un buen camino.

-Te he contado que Dreemurr la tuvo como experimento de laboratorio, ¿no? –Grillby asintió en silencio. Siendo testigo de eso en más formas de las que creía su amigo. –Pues lo que corre por sus venas la tiene entre la vida y la muerte de forma simultánea. Está teniendo sus momentos de lucidez, pero con facilidad tiene sus arrebatos primitivos dependiendo de si percibe agresión hacia ella o no. Y lamentablemente, eso no lo está decidiendo ella, sino su cuerpo que no acepta ningún tipo de ayuda. Apenas y logra comer algo, como si su cuerpo no lograra percibir que lo que ingiera le haría bien o no.

-Eso explica cómo la vi aquella vez que se presentó a tomar aquí. –Admitió con cierta pena, siendo que Sans se sorprendió con ese hecho que muy seguramente desconocía. Mas no dijo nada. –¿Crees que Dreemurr le hizo algo para que esté en ese estado actualmente?

-¿Además de romperle toda esperanza de que le quiera como figura paterna? ¿Además de herirla de gravedad constante, sin permitirle curarse a tiempo con toda intención de eso? –Por el tono de voz que empleó en el momento, le era suficiente para saber lo molesto que le tenía esa situación. –La flor parlante dijo que Frisk era un experimento descontinuado, un fallo más de todo lo que acumula en una búsqueda de algo. Tal parece que esto forma parte de eso.

-Puedo darme cuenta de que eso te está atormentando. Lo lamento.

-No tienes ni idea de cuanto. –Tomó la botella de nuevo, pero al darse cuenta de que se había acabado casi todo, tuvo que conformarse con las gotas que caían. –Esta vez no sé cómo ayudarla con eso si hasta la flor está mostrando desesperación en el asunto.

-El no nutrirse genera debilidad, y la debilidad genera que esté más alterada, ¿no es así? –Analizó la situación sin requerir una respuesta de momento. –¿No se le pueden inyectar nutrientes mientras tanto?

-Lo toma inmediatamente como agresión.

-¿Y por qué ingerir alcohol no?

Aquello parecía que Sans no se había percatado pese a ser la segunda vez en tocarle el tema. Tal vez Sans ya era consciente de verla en un mal estado relacionado, o solo se trataba de ser algo común para él que alguien quisiera ahogar sus penas de ese modo, pero definitivamente no se trataba de algo normal en muchos aspectos para que finalmente lo tomara con total sorpresa. Tomando la botella que ya se encontraba vacía, como si contemplarla pudiera ayudarle a encontrar las pistas que estaba requiriendo conectar ahora.

-Ya la he visto alcoholizada en más de una ocasión, pero no lo había considerado como algo a prestar atención esta vez. –Sans finalmente aceptó. –Me enfoqué tanto en su olfato y su posible alteración hormonal, que no contemplé otras alternativas.

-Cierto, si lo que le calma son algunos aromas, ¿la flor parlante que siempre le acompaña, no podría ayudarle con eso?

-Es una flor con magia, por ende no genera aroma propio. –Lo observó con cierto desconcierto de que supiera ese dato, pero suponiendo que saliendo con una humana obsesionada con flores, seguramente había terminado aprendiendo una que otra cosa. –Además, captar su atención por medio de olores es más complicado considerando que su situación hace que los perciba con más potencia todo lo que haya a su alrededor.

No podía decirle que estaba muy al tanto de eso, considerando que lo estaba experimentando por cuenta propia. Chara, sin necesidad de estar en un estado visible de alteración, dependía mucho de su olfato en el modo de moverse, en dónde aterrizar entre maniobras y quien se acercara al entorno para saber si estar presente o no en momentos adecuados para ella. Razón para creer que sabía en qué zonas se limitaba la yakuza a estar, si es que se adentraban más o no. Sería algo que ella supiera de antemano pero que no le diría sin más, tal vez por el hecho de frustrarle que él como fuego fatuo no generaba aroma propio. Ya la había cachado queriendo arrojarle algo en la cabeza para saber qué olor distinguir de él como si de incienso andante se tratase.

Atención por medio de olores, intensificado por su alteración biológica... qué extraño. Chara parecía estar de ese modo todo el tiempo a diferencia de Frisk que no parecía ser consciente de sus capacidades hasta llegar a sus límites que implicaba estar entre la vida y la muerte. Eso tal vez era importante, mas no sabía cómo exponerlo.

-En fin, no me desvíes del tema. –Sans terminó jugando con la botella, ladeándola constantemente con sus dedos. –¿Qué más puedes decirme de ella?

-No puedo decirte nada más. En primera, porque estás malinterpretando todo. –Recibió una risa burlona en respuesta. –Y en segunda, porque tú no me dijiste nada sobre Frisk en su momento.

-Te contaba lo suficiente.

-Para requerir mi ayuda, torpe.

-¿Y acaso eso no quieres de mí ahora? Has de llevar tanto tiempo sin una mujer, que seguramente ni sabes cómo cortejar a una.

-Habló el experto casanova. –Rodó los ojos con molestia, lo cual ocasionó que Sans riera mucho más. Bueno, cuanto menos lo veía finalmente de buen humor tras varios días estando lo contrario a eso. –Los medios de comunicación te llaman más bien fetichista de humanas, casi un pervertido.

-Solo me interesa estar con una. El resto que se vayan al carajo si quieren. –Reiteró Sans sin una pizca de duda. Puso a girar la botella con tal de estar haciendo algo con las manos todavía. –O bueno, tampoco la tuya, sea quien sea.

-¿Gracias?

-¡Ja! Lo sabía, si te interesa. –Estuvo a nada de querer golpearlo con la botella que no dejaba en paz, pero en su lugar, le brindó un coscorrón dado a medias tras el hecho de que Sans se movió bastante rápido entre risas. Cuanto menos, la situación lo había animado más, aunque le hubiese agradado que no fuera creando malentendidos que luego no sabría cómo remediar. –¿Acaso se trata de una maestra de Fuku o algo cercano?

-Si sigues tratando de indagar, menos te diré.

-Y si sabes que mientras más me niegues, más querré saber, ¿cierto? –Si, lo sabía. Y era razón por arrepentirse mucho más de haber abierto la boca. –Vamos, podríamos organizar una cita doble. Seguro que a Frisk le gustaría...

-¿No tienes algo mejor que hacer hoy?

-¿Además de molestarte? Si, de hecho sí. –El esqueleto dejó de estar en la barra para estirarse. Haciendo sonar varios de sus huesos. –Grill, vengo a contratarte.

-Ya tengo un servicio en proceso hacia tu familia, sin contar que sigo investigando más a fondo sobre el hijo no reconocido del anterior líder sindical. ¿Hay algo más que quieres que investigue?

-Quiero que hagas más que eso de ahora en adelante. –Sans nuevamente se reincorporó en su asiento, disminuyendo drásticamente el brillo de sus cuencas, dejando en claro que se había dejado de bromas ahora. –Es probable que tu sobrina quiera matarme por lo que voy a pedirte, pero dada la situación, necesito conmigo a seres de suma confianza.

Escuchar aquello le dolió, considerando que en ese preciso momento le tenía un secreto que seguramente necesitaba saberlo, mas no sabía cómo manejarlo todavía sin perder la oportunidad de lograrlo del modo pacífico. Si Chara se enteraba de que la exponía por el bien de todos, no quería imaginarse de cómo lo tomaría al grado de apartarse mucho más y empeorar las cosas. Además del hecho de que Fuku ya se estaba encariñando demasiado con ella.

-Oficialmente soy el nuevo jefe de la familia Gaster. –Le comentó finalmente, a lo cual Grillby se mostró serio en respuesta, pero en sus adentros estaba contento de que finalmente le dijera. Sabía que, tarde que temprano, le contaría. Pero saber que ello implicaba en verdad su total confianza y no lo que alegaba Chara, solo le hizo sentirse mal por ser él mismo quien estaba fallando. –El viejo está vivo, pero no está en condiciones de siquiera levantarse sin ayuda. Dejaremos que todos sigan creyendo que está muerto por su propia seguridad, pero eso amerita que tome el cargo.

-Entiendo. –Se limitó a decir eso por ahora.

-Grill, sé que procuras mantenerte neutral en todo esto y lo he respetado... pero las cosas están cambiando muy rápido. Y si no hago algo, perderé más de lo que pudiera imaginar. –Continuó Sans, ahora comprendiendo por qué había estado serio y luego moviendo cosas con sus manos ante la incomodidad que le daba aceptar su nueva realidad. Una que siempre evitó pensar como su futuro inevitable. –Eres el primero que tuve en mente. Aunque por cómo se presentaron algunas cosas, contraté primero al hierbajo como guardaespaldas personal de Frisk.

-¿Pero qué no la cuida como un perro ya?

-Necesito que haga más que eso, que se disponga a matar si es necesario con tal de mantenerla a salvo. –Su ojo mágico se activó a la par que hacía flotar la botella vacía. –El Gran Don no está con juegos, así que yo tampoco.

Acto seguido, arrojó la botella hacia una pared al grado de hacerla añicos inmediatamente. Descargando cualquier frustración que estuviese sintiendo con ese simple movimiento, pero claramente no siendo suficiente para sacar toda la posible ira que tenía por dentro por tener que aceptar cosas que nunca quiso cargar en primer lugar. Y quería ser empático, quería ser la persona confiable que creía que en verdad era, pero siguió manteniéndose en silencio.

-Quiero que formes parte de la mafia, Grill, ya no como un simple contratista temporal, sino como mi consejero. Conoces muy bien el bajo mundo, tienes tus contactos dentro y fuera de las sombras. Quiero nombres, direcciones, quiero saber quienes realmente pueden ser de utilidad para mi y quienes es mejor borrar del mapa. Porque si no lo hago yo, Frisk se lanzará por cuenta propia a hacerlo, y ya no podré contar con el viejo o Papyrus para hacer frente a tiempo. –Ahora comprendía mucho más su frustración, y se apenó que olvidara el hecho de que al estar comprometido su hermano, ya no estaría a su lado como antes. Realmente como familia mafiosa, estaba solo, justo como lo hizo su padre en su momento. Razón más para desesperarse en proteger a su novia. –Así que, ¿qué dices?

-La verdad es que no me das muchas opciones realmente, amigo. –Soltó con el afán de relajar un poco la situación, pero no estaba siendo el caso. –Tienes razón, esto es algo que no le gustará para nada a Fuku, sin contar que hará que esté en peligro nuevamente.

-Lamento que sea el caso.

-Pero no quiero dejarte solo. No me lo perdonaría considerando que tú ya haces mucho por mi. –Revolvió por cuenta propia sus llamas ahora, ante el estrés que le estaba produciendo saber que contaba con su confianza, tal vez mucho más de lo que era capaz de percibir. No lo merecía. –Sin tu mejor francotirador al irse a trabajar para el sindicato y sin la mente maestra que es tu padre... ¿cómo pretendes mantener a salvo a mi sobrina? Es importante para mi respuesta.

-No puedo garantizarlo, este es un trabajo de mierda en el que una mente sensata rechazaría de inmediato. Se gana mucho dinero, digo, con un par de riñones vendidos hemos vivido bien desde hace meses sin hacer nada más... pero esto es a costa de la vida misma. Y para eso no hay forma de decir que uno está a salvo, sobre todo cuando el gobierno y el Gran Don pusieron precio a mi cráneo.

-Si ese es tu discurso para contratar, deja te digo que es pésimo.

-Nunca dije que fuera bueno. Ni siquiera sé cómo seré como jefe si no soy capaz de esto. Pero aun así no puedo quedarme de brazos cruzados y lamentarme en alguna esquina. Lo que puedo ofrecerte es tanto dinero que podrías mudarte a cualquier parte del mundo y vivir como un retirado ante la primera señal de peligro. ¿Qué dices?

-Que tal vez debas dejar que tu novia se encargue de reclutar. –Soltó de inmediato.

Estaba de acuerdo con el hecho de que lo más prudente era justamente el rechazar semejante oferta nada agraciada, pero no podía ignorar que pese a las burlas de por medio, Sans realmente se encontraba necesitado al grado de estarle pidiendo formar parte de sus filas no solo como un amigo, sino como un confidente que pudiera orientarlo ante cargos que no se sentía listo por tomar, pero que no tenía alternativa alguna al no poder permitirse ser egoísta y huir de una situación que tarde que temprano lo atraparía en una mala jugada.

Aunque aparentara indiferencia con aire bromista de humor negro, lo cierto era que Sans siempre se mantenía alerta, desconfiado de un entorno que querría matarlo en una oportunidad. Y ahora con más razones tendría que serlo. Vaya, estaba contemplando un Sans que ahora que sabía lo mucho que tenía por perder, estaba dispuesto a sentar cabeza con lo que fuera. Un hombre que había exclamado a una ciudad entera estar rompiendo las reglas, y en consecuencia de eso estuvo por perderlo todo. Necesitaba cambiar ese mensaje si requería ser más intimidante que eso, ¿cierto?

Sans no había dudado en ayudarle a buscar a Fuku en un momento desesperado, y en consecuencia de eso, había puesto en riesgo a su novia, familia y su propia vida. Nunca le mostró molestia al respecto al ser más el alivio de poder salir airosos de esa situación, pero era algo que hoy en día no sabía cómo compensarlo ante el hecho de que seguía manteniendo los estudios de Fuku. Y tal vez, ya había llegado el momento y modo de poder hacerlo, aunque para ser sincero, se trataba de una pésima idea que en sentido común era rechazar a toda costa. Mas no lo haría.

-Está bien, solo por tratarse de ti.

-Gracias Grill, eres mi mejor amigo. –Escuchar eso solo le removió mucho más su conciencia. –Mi otra oferta de ayudarte a conquistar a esa humana sigue en pie también. Nadie más que tú merece la felicidad que da una buena relación.

-Insisto que tal y como estoy me es suficiente.

-Si, si. –Sans se levantó de su asiento nuevamente, pero esta vez se colocó su sombrero para dar a entender que ya se retiraría. –Bueno, te mantendré informado pronto. Primero debo resolver el tema de que Frisk pueda estar mejor de salud ante tanta pérdida de sangre que tuvo. No puede estar así por siempre.

-¿Que eso no se podría resolver con donación de sangre?

-Por lo que me dice el viejo, no. Además de que rechaza todo intento de inyectarle algo, lamentablemente su sangre es única. Por lo que se requerirá un milagro para poder dar con algo que pueda salvarla adecuadamente a estas alturas.

Grillby contempló cómo desapareció de su vista sin aviso previo, pero aun así se quedó contemplando el punto en donde se había ido. Ese milagro tenía nombre y apellido. Sobre todo, lo tenía al alcance mucho más de lo que creía.

Maldición. Tenía que apurarse.


...

Skate se consideraba a sí misma una perfecta mentirosa. Nunca le dijo a su familia lo mucho que le habría gustado ir a la escuela como otros niños porque sabía que apenas y tenían para comer, a su vez, nunca les quiso dejar claro que le dolía que fingieran que seguía muerta al comprender que se sentían algo aliviados de ser una boca menos por alimentar, siendo un regalo piadoso de su parte que las cosas quedaran así. Sim dramas y cada quien por su cuenta.

Nunca le dijo a nadie lo realmente asustada que estuvo cuando la secuestraron, sin saber cuál sería su destino desde ese punto y lo que podría o no hacer a continuación. Tan solo había aceptado cualquier hecho y tomado con el mejor humor posible, ya que, ¿para qué amargarse por algo así? Lo mejor siempre le había resultado cuando las cosas se las tomaba cuanto menos con una sonrisa en el rostro, siendo lo que justamente había aprendido de su amor secreto e imposible, Sans Gaster. Quien parecía regularmente que había tenido una vida muy agobiante por cómo le había tocado verlo en algunas ocasiones que se lo había topado en las calles, pero siempre había tenido esa sonrisa aperlada cada vez que se levantaba y con la que demostraba que nada ni nadie sería capaz de derrotarlo. ¿Cómo no admirar eso? ¿Cómo no emocionarse al grado de acelerar su corazón no correspondido ni por asomo? Pues aquello tampoco le importaba, sabiendo que no era para él desde el punto que jamás vería a una niña como ella en primer lugar. Le bastaba con poder admirarlo en la distancia en cada oportunidad, sin dramas. Dándole porras desde la trinchera metafórica que era su vida mientras contemplaba como él lograba su amor prohibido con una humana.

Nunca le dijo a Fuku que le disgustaba un poco que quisiera formar parte de la resistencia cuando ella tenía privilegios con los que soñaba tener. Un tío amoroso que daba todo por ella, la oportunidad de estudiar y muy probablemente de poder formar una buena familia después. Siendo cosas que no le diría porque sabía que su amiga estaba luchando por cosas que seguramente ella misma no era capaz de ver, y que alguien con sus capacidades como las de Fuku, probablemente lograrían cambiar las cosas para los más necesitado como ella. La admiraba y la quería mucho... pero por primera vez, algo la estaba superando.

Estaba celosa. Muy celosa, pero era algo que no le diría a su mejor amiga.

-... y luego Chara me contó sobre la vez que montó un caballo para alcanzar a los tipos que intentaron rapar a esas chicas solo por haberse cortado el cabello. ¿Puedes creerlo? –Comentó Fuku con emoción mientras caminaban rumbo a la escuela. O más bien, mientras le acompañaba a ella dirigirse hacia la escuela. –¡Ella es tan genial!

-Sí que lo es.

Afirmó con una sonrisa ante el hecho de conocer algo más de su heroína, pero a su vez, incómoda de poder saber algo así a través de su amiga y no de ella directamente. Tratando de caminar sobre la parte superior de la pared para asimilar la agilidad que la humana siempre demostraba en su andar.

Si, Chara era genial, lo había sabido desde el primer momento que la había conocido. Y era por ello que siempre quería estar con ella, aun cuando comprendiera que siendo un adulto muy seguramente tenía sus cosas por hacer y que no compartía con nadie, pero que de alguna forma la comprendía como código discreto entre ellas que solo ella misma estaba enterada en primer lugar. Porque si había algo que le emocionaba como muchas cosas con la humana, era que podía lograr entenderla perfectamente y que si tan solo se dispusieran a hablar a profundidad, seguramente encontrarían muchas más cosas con las cuales sentirse identificadas la una a la otra. Ella también portaba una máscara para engañar a otros, para protegerse a sí misma, y tratándose de un adulto que había sobrevivido así, era obvio que quisiera aprenderle más.

Si, con esa humana se había sentido a salvo como nunca, acompañada en cosas que nunca creyó posible, pero lamentablemente era algo más a tener que ceder sin dar cabida a que fuese algo que le molestara y que claramente estaba fallando en eso esta vez. Porque mientras ella estaba siendo huérfana sin ningún alentador futuro posible, Fuku estaba siendo quien disfrutaba de la compañía de Chara en sus aposentos. Compartiendo historias, teniendo pijamadas juntas, aprendiendo la una de la otra mientras estaban en un techo caluroso con posibilidad de alimento diario...

-Si, la florista es genial, pero creo que no se le compara a su hermana. –Aquello interrumpió sus pensamientos, cosa que agradeció en sus adentros. –Digo, Chara habla varios idiomas, ha viajado, sabe artes marciales...

-Creí que no te gustaba la violencia.

-Por supuesto que no, pero ella lo hace con justicia. Defendiendo a los necesitados. –Las llamas de la cabeza de Fuku se alzaron con emoción. –Estoy aprendiendo mucho con ella y... ¡oh! Espera, tengo que comprar algo de aquí. No tardo.

Mientras contemplaba cómo su amiga se metía a una tienda, se sentó en la barra para esperarla. Prefiriendo practicar su agilidad así cuando tal vez no debería de desaprovechar entrar a una tienda cuyo aroma siempre era agradable, pero sabía que con tan solo verla seguramente tratarían de correrla y no quería ocasionarle un problema a Fuku.

Cuanto menos debería de sentirse feliz de ver a su amiga tan contenta, pero no podía, y eso solo le estaba haciendo sentirse cada vez más culpable. Ella quería estar así con Chara, poder conversar sobre historias interesantes de su vida, sabiendo algunos consejos sobre cómo llevar la vida a su manera, aprendiendo español como indudablemente lo hacía... muchas cosas, como convivir con una hermana mayor que le habría gustado tener, una familia con la cual contar y sentirse segura. Pero en cuanto le había insinuado sobre ser una familia entre ellas como apoyo, claramente la había rechazado, ¿y cómo no hacerlo? Si ya tenía a su propia hermana, la cual era por mucho, más genial de lo que ella misma podría ser.

Así que si, le tocaba siempre ser una buena mentirosa. Una que no estorbara a otros.

Notando que se estaba tardando algo, sacó el cartón doblado que tenía consigo y se dispuso a continuar con su obra de arte de pocos recursos (siendo un par de crayones robados a los niños del orfanato). Dado que no sabía escribir más allá de una que otra palabra como para atreverse a escribir una carta para expresarle lo que sentía, se había puesto en la tarea de al menos poder comunicarle con algo a Chara lo cuánto la admiraba, y eso había terminado en querer hacer una máscara como la de ella. Así tal vez, al notar que quería ser como ella, la integraría cuanto menos en las cosas que hacía con Fuku, ¿cierto? Esperaba que fuera el caso.

-Listo, perdona por la tardanza. –La voz de su amiga le hizo sobresaltarse, al grado de terminar soltando su obra de arte y haciendo que se la llevara el viento. –Lo siento, no quise asustarte.

La máscara la habría podido atrapar con sus tentáculos, pero ante el hecho de que eso habría implicado que su amiga viera lo que había estado realizando le daba más pena que cualquier cosa. Por lo que permitió que aquello se alejara de ella, siendo algo que estaba acostumbrada después de todo. Y tal vez esa era la señal que había necesitado de que estaba siendo una tonta con eso.

-Descuida. –Guardó los crayones en el bolsillo de su suéter. –No es nada.


...

Grillby había tratado de pensar lo mejor posible sus palabras, pero fue en vano. Los nervios los tenía tan presentes como el hecho de admitir que en cualquier momento podría declararse en bancarrota al contar sus botellas reales de alcohol, que en realidad era solo una la genuina en todo esto. ¿En qué demonios se acabó todo tan rápido? Sabía que Sans le robaba de vez en cuando, pero le había moderado en comparación. ¿Acaso se trataba de la humana a la que no sabía cómo hablarle sin que huyera de nuevo? Era muy probable considerando lo tan discreta que era en sus movimientos apenas y detectables. Pero tenía que aprovechar cuanto menos que estuviera de regreso, aun cuando se tratase simplemente por comer.

-Oye... tenemos que hablar. –Comenzó Grillby al momento de cerrar su puerta secreta donde había estado guardando el licor real.

-¿Vas a terminar conmigo? Oh, pobre de mí. –Dramatizó la humana con sonrisa burlesca, mientras sostenía el tenedor con medio bocado por dar. –Ya te dije gracias por los chocolates, ¿qué más quieres, parrillero?

-Además de pedirte que dejes de robar mi mercancía...

-¿Qué? ¿Vas a castigarme, papi?

-Por favor, esto es serio. –Removió sus llamas por nerviosismo, algo que probablemente notó la humana dada su atención inmediata. –Tengo que advertirte que Sans vino hace rato a solicitarme formar parte de la mafia a su nombre. Y acepté la oferta.

La humana tan solo le contempló sin mover ni un solo músculo por un minuto entero, terminando llevándose el tenedor suavemente a la boca y masticado lentamente para dar otro minuto más de pausa entre ellos. Después tomó la servilleta y nuevamente se tomó su tiempo como si ahora pretendiera desesperarlo con tanto silencio entre ellos. Pero tan solo fue paciente a que ella dijera cuanto menos algo al respecto.

-¿Así que ya vas a delatarme? –Soltó la humana con la mayor calma posible. –Bueno, pues gracias por avisarme.

-¡No! Yo... tengo un acuerdo contigo, no voy a traicionarte.

-Entonces, ¿qué demonios piensas hacer? ¿Traicionar a tu ahora jefe? –No le tuvo una respuesta inmediata, a lo cual visiblemente le irritó. –Me estás exasperando, parrillero. Decídete, maldita sea.

-¡No sé! –Exclamó con culpa, removiendo nuevamente sus llamas al no saber qué hacer. Había pensado tanto en sus palabras que haber terminado siendo lo más directo posible había sido la peor de las decisiones por lo visto. –Yo... quiero ayudar a ambos, pero también quiero ayudar a tu hermana y es por eso que...

-¿Qué tiene que ver Frisk en esto?

-La razón por la cual Sans me está contratando, es para mantener a salvo a tu hermana que de momento está inestable. –No supo si eran las palabras adecuadas para describir la situación, pero cuanto menos tenía su atención sin sus burlas o jugarretas de por medio. –Parece que no la está pasando bien tras tanta pérdida de sangre, pero tú podrías salvarla y evitar todo esto que...

-No puedo.

Sus palabras habían sido tan abruptas que creyó que en cualquier momento la perdería de vista ante un salto o simplemente arrojado el plato para evitar que hiciera algo más, pero en su lugar, se dispuso a continuar comiendo de su plato tranquilamente sin tener una visible intención de dar una explicación de su negativa. Aquello lo había desconcertado de muchas maneras, pero por más que se le quedara mirando con algo de insistencia y paciencia, simplemente parecía que no cedería.

-La sangre de Frisk y la tuya son similares, ¿cierto? Podrías ayudarle...

-No puedo.

-Tal vez seas la única esperanza de que...

-No puedo.

-¿Por qué? ¿Acaso tienes todavía miedo de que te vea y...?

En un movimiento demasiado rápido como para procesarlo, un tenedor había volado a lado de su mejilla con tal precisión que de haber querido, Chara le habría matado con semejante movimiento que tan solo se limitó a terminar encajado en la pared de un modo bastante limpio y algo aterrador. Recordándose de esa manera que por mucho que fuese una chica burlona, coqueta y demás, también se trataba de una aparente asesina japonesa de peligro incalculable para que la yakuza la considerara un elemento importante más allá de su ascendencia.

-Cuida tus palabras conmigo. No puedo y ya. –Estando el plato a casi terminar, Chara lo empujó a un lado para dar a entender que no seguiría más con eso. –No necesitas explicaciones. Y menos se las diría a alguien que trabajaba ahora para el enemigo.

-¿Enemigo? Si Sans supiera de ti, te ayudaría a reunirte con tu hermana, vería el modo de integrarte con ella.

-Adiós, parrillero. –Comenzó a caminar hacia la salida. –Me despides de la flamita.

-¡Espera!

En un arranque brusco de su parte, había terminado arrojándose sobre la barra para alcanzarla y tomarla del brazo para impedir que diese un paso más, pero al no medir su capacidad al respecto, sin contar por tratarse de algo que formaba parte de un arrebato emocional, terminó lastimándola con su propio fuego al grado de quemarla inmediatamente con el simple tacto. Gritando ella de dolor en el acto al grado de agacharse al suelo a la par que la había soltado.

-¡Lo siento, lo siento! –Exclamó mientras atravesaba la barra para llegar a su auxilio. –¿Necesitas que te lleve al hospital?

-Descuida, estaré bien. ¿Lo ves?–Aunque estuviese adolorida, le mostró el brazo que en efecto, se estaba comenzando a curar sin siquiera demostrar alguna pigmentación de lo que había sido una quemadura grave. –Hace falta más que eso para detenerme, pero no implica que no sienta dolor.

Increíble, aun cuando él se sintiera terrible por haberla lastimado accidentalmente, ella se las ingeniaba para "tomarle el pelo". Incluso le estaba sacando la lengua sabiendo que le estaba preocupando ante el arrepentimiento de algo que nunca debió pasar.

-Lo siento de cualquier forma. –Suspiró con alivio cuanto menos. Otra persona no la habría librado como ella, pero eso no significaba que estuviese bien. –Es por eso que Frisk te necesita, eres igual que ella.

-No, no lo somos. –Le ayudó a levantarse con cuidado, aunque ella se mostró como si nada hubiese pasado y evidentemente queriendo irse de inmediato. A lo cual volvió a sujetarla del brazo, pero ahora sin lastimarla. –Deja de insistir o harás que tenga que lastimarte de verdad.

-No puedo dejarte ir, no de esta manera. –Hizo el esfuerzo de contenerse en fuerza, al ser algo que seguramente se vería grosero de su parte. –Necesito cuanto menos una explicación de por qué no quieres hacerlo. Podría hacerse de modo discreto si encontramos juntos la forma.

-No es que quiera o no, es que realmente no puedo.

-Explícate.

-No, eso sí no quiero.

-Espera entonces, ¿quieres? –Al sentir que no tenía alternativa para tomar la situación del modo pacífico, nuevamente se dirigió a su compartimiento ya no tan secreto para que le quedara una sola botella de alcohol digna de considerarse una bebida. Agarrándola y colocándola sobre la barra para estar entre ambos. –Esta es mi última botella de alcohol decente. Tal vez la última por encontrar a la redonda y te la estoy cediendo a ti. Tan solo quiero una explicación de tu parte y te dejaré ir sin más cuestionamientos, ¿te parece?

Sabía que estaba con todas a las de perder con semejante trato, considerando sobre todo que la humana podría decirle cualquier mentira o negativa a medias, o simplemente dándole la espalda al no importarle lo suficiente, pero en su lugar pudo ver cómo su sonrisa se desvanecía un poco mientras daba un paso al frente.

-Ella no es la única que se altera ante una amenaza. De hecho, creo que yo soy mucho peor. –Finalmente acogió la botella de mala gana, mas como una resignación de querer cuanto menos darle un trago que con voluntad de aceptar conversar en lugar de huir. –Por lo que he observado, me da la impresión de que Frisk lo controla mejor que yo al grado de solo manifestarlo cuando llega al límite de la muerte, el último recurso de adrenalina pura. Y eso significa que, o ella es mejor que yo incluso en esto, o experimentaron más tiempo en ella con tal de corregir este error. Apuesto mucho a la segunda.

-¿Tu... alteración se manifiesta con más facilidad?

-Digamos que soy un nervio expuesto. Estar al borde de la muerte, un olor detonante, un simple enojo, cosas así pueden llevarme de esto a lo otro. –Extrañamente, esbozó una vaga sonrisa al contestarle y señalarse a sí misma. –Así que no te conviene hacerme enojar, ¿eh, parrillero?

-Las emociones fuertes entonces te generan una sensación de peligro o alerta. –Intuyó de inmediato, sin necesidad de una confirmación de su parte. Quería obtener algo más con ello, pero le hacía falta más información que no estaba seguro de poder obtener de inmediato. –Eso debe agobiarte.

-No sé si se pueda con más emociones, hasta ahora solo me ha pasado con enojo. O tal vez también con mucho estrés. –La humana se encogió de hombros, evadiendo sus últimas palabras mientras se sentaba sobre la barra. Bebiendo un poco más, directo de la boquilla de la botella. –La última vez que me pasó, maté a alguien importante y Kris tuvo que hacerse cargo.

-¿Alguien importante?

-Creo que era el secretario de algo, un puesto de gobierno importante. Ya no me acuerdo bien.

-¡¿Tú mataste al secretario de seguridad local?!

-Ese, lo dejé sin oreja. –Chara sacó la lengua con aparente inocencia, como si lo que hubiera hecho fuera una simple travesura y no un homicidio que tenía una carpeta de investigación en rigor. –Lo habría dejado como carne picada sino fuera porque Kris ya no me lo permitió.

Considerando que se trataba de alguien muerta desde hace muchos años, era predecible que no dieran con ella. Pero a su vez se trataba de algo más peligroso por tratar considerando que era consciente de saber que el detective Hallyton estaba buscándola con vida dada la evidencia que le había traído. Y siendo que se había tomado la molestia de presentarse a su casa para mostrarle tremenda información confidencial... le comenzaba a dar la sospecha de que él de algún modo, ya estaba en la conjetura de que aquella respuesta podría partir con él. Maldición, a pesar de los años, su superior siempre dejaba en claro que no se le escapaban las cosas con tanta facilidad, por mucho que siempre quisiera engañarlo. La intuición que tenía, o "corazonada" como en aquellos tiempos lo llamaba, siempre le hacía dudar de si no tenía una especie de adivino o algo consigo para encontrar las cosas con semejante precisión.

Pero había un hecho en todo eso: la investigación de la costa. No era coincidencia de que el detective estuviese presente aquel momento en que atraparon a los Gaster y encontraron el prostíbulo bajo tierra. No era coincidencia que por esa zona hubiesen encontrado el cadáver del secretario de seguridad y vinculado de algún modo a Mettaton tras el historial de los Blook. No era coincidencia de que se hubiese presentado su ex jefe preguntando por cosas que pudiera averiguar de Chara o la señorita Watterson.

Michael Hallyton no dejaba las cosas a medias. Estaba investigando algo importante que pudiera surgir de ahí.

-Pero qué... ¿qué fue lo que hizo para que te hiciera enojar a ese grado?

-No lo entenderías.

-Permíteme intentarlo.

Por un momento creyó que de nuevo había errado en tratar de presionar a que le dijera algo y terminaría huyendo como siempre para no verla más dado el trato, pero para sorpresa suya no fue el caso esta vez. Tan solo observó la botella por un breve momento y le dio un par de tragos grandes directamente tras estar observando al vacío, como si fuese capaz de mirar algo que solo en sus ojos carmín estaba.

-Desconozco con precisión qué es lo que Dreemurr quiso obtener experimentando en mi cuerpo, pero una de las cosas que tengo es que soy muy protectora por instinto. –Comenzó a hablar sin más, sin querer mirarlo de frente, pero a fin de cuentas estando ahí por voluntad propia. –Hubo una chica que procuraba pegarse a mi por mucho que no quisiera permitírselo y... ese sujeto en una disputa terminó matándola. Después de ello no recuerdo nada hasta que Kris intervino.

-¿No recordaste nada de lo que hiciste? –Preguntó con el afán de enfatizar algo.

-Nunca recuerdo algo cuando estoy de ese modo. Como si mi cerebro se apagara o... solo quisiera conservar memorias necesarias. Incluso a veces pienso que se lleva más que eso, dado que he llegado a perder la noción del tiempo. –Aquello no le explicaba mucho, por lo que intuía que aquello era demasiado extraño de comprender para ella misma. –En fin, Kris siempre estuvo reprochándome en de que era un severo problema que me comportara así. Un efecto secundario de mi alteración que busca regresar mi biología a lo más primitivo posible. Por ello me tenía prohibido convivir con todo menor de edad, lo cual implicó aislarme de todo lo posible en ese lugar, porque decía que mi "lado maternal" complicaba mi juicio.

-Yo creo que es una de tus mejores cualidades. –Soltó Grillby sin siquiera meditarlo antes. Recargándose en la barra ahora con confianza. –O por lo menos, una que he podido ver en ti tras toda tu resistencia.

-Tú lo que quieres es una niñera gratuita.

-Lo digo enserio. Me agrada lo bien que te llevas con Fuku, y ciertamente, parte de lo que me hizo confiar en ti es porque la primera impresión que tengo de ti es lo preocupada que estabas por todos esos niños.

-¿Se te quedó eso y no el hecho de estar repleta de cuchillos y andar como si nada? Sí que eres raro.

-Pero también me sorprende la confianza que generas a otros niños sin que puedan conocer tu rostro. –Continuó, quitándole la botella de las manos para ahora darle un trago. Después de todo, se trataba de la última botella decente que le quedaba. Y quién sabe cuándo obtendría otra de nuevo. A lo cual la humana solo reaccionó con una tenue risa por el atrevimiento. –Es como si ellos supieran que están a salvo contigo. Y no creo que eso sea algo que forme parte de tu alteración, sino de ti misma.

-Pues es una tontería. En mi tiempo de estadía en el Pozo de los Deseos, vi tantos niños entrar y salir. Principalmente muertos. –Ahora Chara le quitó la botella. Dándole un trago mucho más largo con algo de desesperación, si tenía que agregar. Como si pretendiera no dejarle nada. –Ninguno reportado realmente como desaparecido o con algún indicio de que les buscaran realmente. Y eso lo sé porque en un principio yo misma buscaba en los periódicos algo con lo que pudiera ayudar a esos niños a encontrar sus hogares. Pero aquello nunca pasó. Simplemente estaban igual o peor que yo, y al final sólo puedes ver por tí mismo. No pude salvar a nadie nunca y ciertamente, no soy alguien para cuidar o salvar algo. Así que esta intuición es inútil en todos los aspectos. Una pérdida de tiempo.

-Creo que subestimas la capacidad que tienes para influir en ellos y hacerles sentir que están protegidos bajo tu regazo.

-Solo están desesperados en creer que un adulto es capaz de poder salvarlos. Y es un error. Los adultos no son ni capaces de salvarse a sí mismos. –Parecía que estaba por darle otro trago, pero se detuvo. Contemplando la botella ahora como si estuviese leyendo la etiqueta. –Los niños no deberían de requerir de seres tan corruptos que, tarde que temprano, los lastimarán.

Grillby no supo qué hacer en el instante, por lo que se quedó taciturno en espera de que siguiera. Admitía que le causaba intriga qué tipo de vida había tenido para llegar a una conclusión así, por más que se hiciera una idea con lo obtenido entre partes, pero tuvo que respetar el hecho de que simplemente ella no confiaba en él y mucho menos querría contarle con detalle lo que había sido de su vida tras poner siempre encima su labor promiscuo con insistencia. De alguna manera, le recordaba a Sans en sus inicios, dejando siempre en claro ser un asesino despiadado y que le daba igual lo que le llegara si de cualquier forma nada cambiaría, cuando evidentemente era algo que lo carcomía por dentro... hasta que cierta florista llegó a mover todo panorama que había construido con los años, claro. Pero esa era otra historia.

Lamentablemente, era así como había aprendido que él no era alguien para poder ayudar a quien se consideraba a sí mismo completamente roto. Tan solo le tocaba escuchar al otro lado del mueble siempre, sin dar espacio a cuestionamientos para mantener cuanto menos ese espacio que de vez en cuando necesitaban para explayarse. Pero no era suficiente, y era por ello que no había podido ayudar a Sans en sus peores momentos como hubiera querido, ni tampoco había podido ser quien hubiera incentivado a Fuku de mejorar en sus estudios, por más que se hubiera enfocado en ser lo suficientemente paciente. Él solo era el tipo que estaba dispuesto a ayudar, pero que al final nunca era quien daba la resolución final. Ese tipo de papeles en la vida lo tenían quienes contaban con las agallas de arriesgarse a todo, como Sans, como Frisk, como Don Gaster, como el señor Hallyton... y como Galley, su hermano.

-Dime, parrillero, ¿qué te hizo quedarte con Fuku?

Su pregunta lo tomó por sorpresa, como el hecho de ver que le estaba extendiendo la botella para continuar con extraño trato surgido de la nada, como una ofrenda de paz o una batuta de ahora querer saber sobre él. No había esperado que quisiera preguntarle algo así, o querer cuestionarle algo en primer lugar con el afán de conocerle, por lo que estuvo por dejar caer la botella con torpeza y dejando en evidencia ante la humana que parecía estar atenta a él directamente.

-El egoísmo, a decir verdad. –Terminó admitiendo sin necesidad de meditarlo mucho. Acogiendo ahora si la botella con cuidado. –Ella era todo lo que me quedaba de una familia, y simplemente no pude soltarla, aún sin saber si eso era bueno o no para ella.

-Si, puedo entender eso. –Teniendo las manos libres, Chara sacó un cigarro que parecía haberlo estado guardando en sus pechos y lo extendió para que se lo prendiera. A lo cual Grillby solo tuvo que levantar el pulgar para hacerlo con tal de no ver demás por la pena que le había dado contemplar eso. –Y si no fuera por ese mismo egoísmo que tienes al querer a tu sobrina contigo, serías todo un tipo al cual sospechar desde un principio. Nadie puede pretender ser tan perfecto y salirse con la suya tanto tiempo.

-Yo no pretendo nada y mucho menos soy perfecto. –La observación la tomó con algo de gracia, aunque bien podría tratarse del alcohol entre ambos. Podía notar que se estaban pasando con la bebida de tal forma que solo Sans era capaz de soportar. –Solo me he empeñado en ser lo bastante... neutral, hasta ahora, para mantener a mi familia a salvo, es todo.

-¡Pff! Sí, claro. Esa fachada dísela a alguien más. –La humana rodó los ojos tras soltar humo. –Le mientes a la familia Gaster, le mientes a la policía, probablemente me mientas en muchas cosas a mi...

-Yo no... –Quiso decir algo, pero no encontró un argumento con el cual defenderse de inmediato.

-No tienes que darme excusas a mi. No me importa lo que sea que quieras hacer o no. –Finalmente Chara fue quien tuvo que continuar hablando ante el momento incómodo que se estaba volviendo el silencio. –Tan solo me causa intriga lo mucho que te esmeres en darle una buena vida a tu sobrina, aun cuando es algo imposible, ¿sabes? Porque si es egoísmo de tu parte como dices, es probable que más bien sea culpa que quieras cubrir.

-En realidad, se le llama amor familiar. –Nuevamente contempló cómo la humana rodaba los ojos con hartazgo, pero esta vez Grillby se mantuvo firme con su respuesta. –Lo he hecho con lo que puedo. Eso había incluido pedir favores a la mafia de vez en cuando, y eso forma parte de mi torpeza que me aleja por mucho el ser "perfecto" como dices.

-¿Has tenido tratos con los Gaster por ella?

-En un inicio... si. Pero con el tiempo, Sans se volvió mi mejor amigo.

-No sé sobre lo que es una amistad en sí, pero creo que implica que sea una relación de mutua confianza, ¿no? –Sabía que le retomaría ese tema en cualquier momento, por lo que no le dio más pauta para que insistiera con eso. –Son mentirosos tal cual con información delicada.

-¿Significa que ya puedo decirle sobre ti con tu permiso?

-No, y si lo haces, te mato. –Le lanzó una sonrisa maquiavélica pese a su respuesta. –Pero me ha sido interesante que ante todo, has elegido mantenerme oculta, incluso a tu amigo. ¿Qué pretendes realmente con eso, parrillero?

-Solo lo que ya sabes.

-Ajá. –Extraña, pero no tan impredecible, se le acercó sugestivamente. Cruzando las piernas sabiendo que estado sobre la barra, tenía una buena vista de ellas. –¿Y que se supone que sé?

-Que quiero ayudarte a reunirte con tu hermana. –Se enfocó en verla a los ojos. –Ella te necesita y tú a ella.

-Pero eso no es tu asunto, es tu egoísmo creyendo que debes hacerlo. No me debes nada, y por lo que he visto, tampoco le debes algo a Frisk por mucho que me cuentes que ella se ofreció en adentrarse a buscar a la flamita. Esa fue su decisión y ya. Y tú, le apoyaste en la suya y ya. Fin del trato, ¿no? –La chica puso a un lado su cigarro para que el humo no estuviese tan presente, dividiéndolos. –Así que repito, ¿realmente qué pretendes?

Pese a que la situación no lo ameritaba realmente, Grillby sonrió. Tal vez alterando a la humana que estaba buscando cuestionarle con el afán de confesar tal vez una malicia que no existía, o un problema aparente que no estaba ni por asomo al cual usar como ventaja. Finalmente, estaba contemplando que trataba de manipularle y siendo razón por la cual se había quedado y se estaba abriendo realmente sin más. Quería agarrarle con la guardia baja de algo que solo ella creía que podría lograr con su juego de seducción. Eso, para ser sincero, le causó ternura.

-¿Tanto te cuesta aceptar que me agradas, Chara?

La expresión de la humana, si bien no duró mucho tiempo, no tuvo precio. Desconocía si era por el hecho de saber de alguna manera que estaba siendo sincero, al igual que todo el tiempo en la conversación, o por el hecho de ser la primera vez que le llamaba por su nombre de esa manera. Era consciente de eso último, porque había procurado no mencionarla ante riesgos de que alguien más escuchara. Pero esta vez no le estaba importando a comparación del hecho de dejarle en claro la situación que no parecía querer ser capaz de aceptar.

-Cállate. –Murmuró la humana, pese a que no tenía intención de decirle algo más desde un principio. –No tienes ni idea de lo que dices.

-Creo que puedo darme cuenta por mi mismo quien me puede caer bien o no.

-Pues entonces eres un idiota que solo puede ver lo que le ponen encima y ya.

-¿Acaso te molesta que quiera ser tu amigo?

-¡No puedes ser amigo de cada inútil que se te atraviesa, imbécil! ¿Qué demonios te pasa? –Su enojo habría paralizado a cualquiera, pero el leve sonrojo que se asomaba en sus mejillas solo hizo que Grillby tuviera que contener la risa. Ahora, él había sido quien le había tomado con la guardia baja, pero seguramente se trataba por el alcohol más que por la pena. Porque ahora que lo notaba, Chara no era una muy buena bebedora que digamos. –Sans Gaster es un maldito asesino señalado por Dreemurr y la misma Casa Blanca. Yo soy la descendencia de un líder japonés yakuza que fue entrenada con el sadismo de los villistas, alterada genéticamente por la crueldad de Dreemurr y con la discreción digna de una kunoichi. Una prostituta capaz de matar sin que su víctima se entere.

-Y yo soy un ex protegido de detective, un gran falsificador indetectable hoy en día. Como te dije, no soy perfecto. No creo que exista alguien que lo sea.

-¿Y por qué permitir entonces caer más bajo? Tu sobrina se preocupa por ti. Cuando menos deberías de agradecérselo no metiéndote en más líos. Solo vas a darle la razón del mal que hay, terminando odiándote en ese proceso.

-Me dolería que me odie a este paso, es cierto, pero no puedo darle la espalda tampoco a un amigo.

-¡¡Aggghhh!! Eres más idiota de lo que creí.

No le había entendido eso último, pero no tenía que saberlo demasiado para comprender que le estaba insultando. Notándose en su gesto de frustración que hacía que arrugara la pequeña nariz que tenía como si estuviera por gruñir en cualquier momento, pero al final siendo solo una especie de berrinche de su parte. Y así pudo darse cuenta que aquello formaba parte genuinamente de ella. Contemplando una vez más su lado protector que pese a que ella lo relacionara como un modo débil de su parte, para Grillby, estaba siendo un lado que le agradaba mucho más de ella al poder contemplarla finalmente fuera de esa máscara que pretendía seducir todo lo que se le atravesara.

-Me agrada lo protectora que eres con ella. –Admitió al poco tiempo. –Me hace pensar que serías una buena mamá.

-No puedo.

-¿Qué?

-No puedo ser madre. –Chara fumó con intensidad ahora, no importándole esta vez que el humo le llegase a la cara. –Lo que sea que me hicieron, no me permite embarazarme. Ni siquiera puedo tener el periodo, lo que me ha hecho la mejor prostituta de la ciudad... y la ironía andante más grande que haya existido. Instintos maternales sin poder usarlos, je. El universo se ríe de mí.

Grillby se sintió incómodo con eso, presintiendo que había tocado un tema seguramente sensible por cómo estaba fumando ahora. Aunque también pudiera ser por el hecho de estarla irritando cada vez más y aún así no retirándose como siempre.

-Lamento que sea el caso. –Finalmente soltó.

-Si, bueno, ¿y eso a quién le importa?

-A ti. Es evidente que es importante para ti. –Se giró hacia ella con pena. –E insisto en que creo que habrías sido una muy buena madre por lo que he visto.

La humana soltó humo cual chimenea como vaga respuesta.

-¿Y tú? ¿No te ha dado por ser padre algún día?

-Tengo a Fuku, es suficiente para mi.

-Oh, vamos. De seguro te dio la pizca alguna vez por como eres. –Insistió con el tema, aunque bien podría tratarse de no querer dejarle en claro que en realidad era algo que le afectaba. Después de todo, era del tipo que sabía esconder su propia vulnerabilidad. –Tal vez cuando encuentres a la correcta, o algo así dicen los ridículos que se enamoran, ¿no?

-¿Tú no crees en el amor de pareja?

-No, lo considero una excusa barata para hacer ver bien el sexo. –Jugueteó un poco con el humo que quedaba. –Hombres, mujeres, humanos, monstruos... te sorprendería saber qué tanto infiel hay tan solo en esta ciudad.

-Me imagino que fuiste testigo de esos casos.

-Querrás decir que fui parte de esos casos. Y me gustaría decir que al menos lo disfruté pero... no fue así. Solo hacía mi trabajo sin cuestionamientos y ya, pero cuando me topaba con quienes no querían sexo pese a contratarme... me enojaba. Como si me hicieran perder el tiempo. –Aunque aún tuviera cigarro en mano, la humana se limitó a contemplar el humo que generaba sutilmente tras dejar de moverlo. –Lo siento, solo divagué por un momento.

-Si quieres hablar de eso...

-Mira, tu sobrina es buena chica. –Le interrumpió tan rápido que supo que en efecto no quería hablar más del tema. –Al menos deberías de seguir siendo egoísta al querer ayudarla a toda costa. No lo arruines queriendo hacerlo para gente que no lo merece como el esqueleto o como yo. Perderás más de lo que crees. Si tienes que elegir un lado, elígela como siempre a ella.

-Eres una persona muy particular, Chara. –Le sonrió Grillby, cosa que aparentemente estaba haciendo mal según su expresión que recibió de vuelta. –Primero me culpas por ser egoísta y ahora no me permites serlo. ¿Cómo es que no te das cuenta de que eres una persona agradable ante todo?

-Mira que puedo decirte más cosas sin que te enteres, malparido de fogata chica.

-Ok, no entendí nada de eso, pero seguiré con lo mío, ¿de acuerdo? –Si, parecía que le estaba haciendo enojar aún más. Pero algo dentro de ello le estaba causando más gracia que precaución ahora. –No creo que las cosas se manejen precisamente con un bando de por medio, pero si así fuera, estaría en el mío. Ser mi propio bando. Elijo ser un sujeto al que otros puedan confiar, aun cuando se trate de un delincuente de reputación particular o un adolescente que va aprendiendo de la vida.

-Con razón tu sobrina se preocupa tanto por ti. –En la aparente desesperación, la chica le arrojó el cigarro a medio terminar a las llamas de su cabeza. Lo cual fue bastante incómodo y grosero, mas no buscó tomárselo a pecho considerando el gran avance que finalmente había tenido. –Eres un tonto. ¿En verdad crees que puedes hacer feliz a todos sin lastimar a nadie?

-Tal vez si lo soy, pero tú eres más tonta que yo.

-¿Disculpa?

Desconocía si había sido hablar en particular de su hermana necesitándola o solo el alcohol que había tenido que sacrificar, pero definitivamente la notaba diferente ahora. Partiendo del hecho de verla cansada tras abrirse cuanto menos un poco.

Sabía que al igual que Frisk, había sido acogida por Dreemurr, engañándole seguramente tratándola como una hija y experimentando en su cuerpo en el proceso. Sabía que fue tomada por muerta por segunda ocasión, acogida por mexicanos que aparentemente la usaron a su favor y que aun así, había generado un cierto vínculo emocional para que reflejara cuanto menos un poco el hecho de haberle afectado que la vendieran. Sabía que la yakuza le dio a conocer sus orígenes, pero en lugar de sentirse segura con los suyos, una vez más fue utilizada a favor de un superior al grado de optar preferir normalizar esas conductas que aceptar el hecho de ser una víctima de un sistema que constantemente le falló. Y ahora que sabía que su hermana estaba viva, estaba siendo cada vez más comprensible el hecho de que no quisiera llegar a ella ante el miedo de que terminara rechazada una vez más en algo con lo que pudiera encariñarse mucho más que todo lo vivido.

Ahora lo entendía bien. Chara nunca se sintió a salvo. Constantemente estaba huyendo como único recurso a tomar porque se había rendido antes de seguir terminando más lastimada.

Se sentó en la barra para estar a su lado.

-Dices que prostituirte es algo que disfrutas, pero es claro que te causa desilusión cada vez que te toca formar parte de una infidelidad. Dices que cada quien se debe salvar por su cuenta, pero no puedes quedarte de brazos cruzados al ver que un niño la está pasando mal. Y ahora, me quieres llamar egoísta por querer ayudarte sin nada a cambio, pero a su vez me pides que sea egoísta. –En un impulso que claramente no fue su mejor movimiento, la tomó de los hombros. Desconcertándola inmediatamente, pero no rechazándolo. –La tonta eres tú, porque es claro que quieres vivir, Chara, no solo sobrevivir. Y tal vez te convenciste de lo contrario, pero estoy aquí para decirte que no es así.

Era extraño, pero por un breve instante que pudo ser realmente su imaginación, le pareció ver que sus ojos carmesí habían oscurecido por un instante. Como si en ellos hubiera contemplado finalmente a la verdadera chica fuera de su constante defensiva agresión. Fuera de una máscara que se esforzaba a sí misma en mantener para su propia protección ante el miedo a un mundo que solo le había mostrado hostilidad. Y aquello, por mucho que pudiera ser información útil para un futuro, prefirió guardárselo para sí mismo, como un extraño logro que no era capaz de catalogar de momento.

-Quiero ser tu amigo, Chara. Quiero ayudarte porque simplemente quiero hacerlo. Eso es mi egoísmo y mi responsabilidad si se trata de un error de mi parte. –Lentamente la soltó de los hombros para que dejara de ser un movimiento brusco de su parte, pero ni así parecía que la humana se mostrara molesta o algo por el estilo. –Y si quieres que te ayude, porque sé que si es el caso, necesito que me permitas hacerlo.

Finalmente terminó empujándolo, aun cuando no era necesario. Como si estuviera por huir una vez más ante algo que le había molestado, pero sorpresivamente no fue el caso. Estando dándole la espalda como si optara simplemente por no permitir que le siguiera viendo la cara que aparentemente estaba acalorada por lo que pudo visualizar en el fugaz movimiento, pero atribuyéndolo más bien al hecho de que se encontraba algo alcoholizada realmente. Y eso le estaba pareciendo un poco confuso para ser sincero, ¿estaba molesta? ¿Apenada? ¿Por qué no le decía algo burlesco como siempre? Comenzaba a preocuparle el hecho.

Pero antes de que comenzara a cuestionarlo con palabras, la humana se terminó lo que quedaba de la botella casi de golpe, se levantó y comenzó a dirigirse hacia la salida sin aviso previo. Sin siquiera permitirle preguntar si había hecho algo malo con eso o si era su modo de rechazar directamente su ayuda como siempre. Tan solo pudo escuchar que había murmurado algo en otro idioma, antes de que atravesara la puerta y se fuera por completo. Dejándolo desconcertado por cómo habían terminado las cosas y suponiendo que había tocado alguna fibra sensible o había hecho algo realmente malo para que se fuera de esa manera. Pero no permitiéndole siquiera disculparse en caso de serlo.

Como fuera, aquello había sido algo completamente diferente a su modo de evadir las cosas. ¿Podría tomarse como un buen avance? Esperaba que fuera el caso y no se apartara totalmente como había amenazado en un inicio.


...

-Yo puedo hacerme cargo de todo, Shyren. No hace falta que quieras formar parte de esto.

-No voy a dejarte solo, Ro. Y menos con algo que también me concierne a mi.

-Es peligroso, una locura. Deja que yo...

-¿Locura? Locura es que quieras una vez más irte por tu cuenta en un acto suicida como este. –Le reprochó la sirena girándose completamente. Era extraño verla tan molesta. –Somos un equipo, ¿lo olvidas? Además esto no es solo por ti. Tu familia es mi familia también. ¡Y ese monstruo le hizo esto a mi hermana! No quiero que le haga lo mismo a tu madre si todavía estamos a tiempo. Yo también formaré parte de esto y no es tu asunto que lo haga o no.

-¡Si vas a ser mi esposa, pues si es mi asunto!

La sirena tan solo resopló con enfado, sabiendo perfectamente entre ellos que aquella norma no aplicaba de ningún modo en su respectiva situación. Pero no podía evitar haber usado esa carta como acto desesperado. Desde que habían hablado con el señor Gaster sobre la posibilidad de encontrar a ambas señoras con vida ante la evidencia de Lyra, se había vuelto tema de disputa sobre quién debía de sacrificarse o no para formar parte del equipo que podría hacer algo al respecto. Llevando un buen rato caminando y hablando al respecto con tal de no llevar el tema a la casa donde además de estar su familia, había muchos niños curiosos que no necesitaban saber cosas de adultos.

-Sé que soy algo torpe para algunas cosas, pero en esto sé que debo formar parte. No quiero estar más en una esquina esperando a que los demás se encarguen de mi. –Aquello le sorprendió un poco si tenía que ser sincero. Por lo regular, Shyren se mostraba como alguien tímida solamente y no como alguien que sentía impotencia con frecuencia. –Mi hermana, la señora Bonnie, la señora Gaster... ellas siempre fueron tan atentas conmigo y no pude hacer nada para compensarlo.

-Nada de eso ha sido tu culpa y lo sabes.

-Culpaste una vez a Frisk por haber intentado protegerte en la boda, cuando ella cuanto menos hizo lo posible por rescatar a tu madre. En cambio yo, solo me quedé ahí. Sin hacer nada. –Sus ojos comenzaron a humedecerse, por lo cual Ronnie se sintió aún más culpable. –Yo... sé que todo esto suena terrible. Considerando que la misma mafia fue quien le hizo esto a Lyra y yo queriendo formar parte para... evitar que tu o alguien más cometa un error más grande que...

Su amiga fue interrumpida por una máscara de papel que le llegó a la cara por medio del viento. A lo cual Ronnie se la retiró con algo de prisa al reconocer fugazmente la forma por mucho que estuviera hecha con materiales infantiles. La recordaba perfectamente al haber sido alguien que lo había retenido en el suelo con malas intenciones, pero demostrado inmediatamente ser alguien que quería salvar cuanto menos a la humana que había estado en peligro. ¿Pero por qué habría una máscara de ese tipo hecha con crayones y cartón?

-¿El espíritu zorro? –Murmuró Shyren al verla.

-¿Qué dices?

-La otra vez oí que los niños hacían mención de un espíritu zorro que los protege, siendo silenciados por la otra chica que parece ser la mayor de todos en el orfanato. –Señaló su amiga ahora concentrándose más con lo abrupto que había sido el cambio de humor tras lo ocurrido. –Esto parece ser hecho por ellos.

-Pues se parece bastante a la máscara que vi en aquella humana de la yakuza.

-¿Crees que sea...?

-No es una coincidencia. –Ronnie levantó la mirada para contemplar el orfanato. –Y no creo que sea la única.

Comenzaba a molestarle la situación, y no solo por el hecho de que Shyren quisiera involucrarse al grado de ponerse en peligro. El orfanato era un punto aislado en donde la yakuza había hecho sus fechorías a sus anchas, razón más que suficiente para poder alojar ahí a toda su familia numerosa pese a no tener los permisos de tomarse tal libertad, pero no habiendo nadie más que quisiera protestar o defender la situación al ser una zona olvidada por cualquier dios, pero no ahora para los Gaster que querían aprender de su error de descuidar algo como eso.

Razón por la cual nadie pensó en seguir vigilando ese lugar por mano directa de los Gaster, pero antes de su llegada de su familia numerosa tras el incidente, ese lugar estaba bajo la vigilancia y cuidado de alguien más. De alguien que tenía la confianza absoluta de la familia esqueleto ¿Cómo no lo pensó antes? No, ya lo había intuido de alguna manera y por ello aunque lo pusieran a hacer equipo con él, no se había sentido con libertad de hablar o acercarse con él para hablar de la situación o de la sirena.

-De acuerdo, trabajemos juntos en esto, porque tal parece que tendremos que manejar esto con discreción. –Ronnie oprimió la máscara de cartón, arruinándola por completo. –Es probable que el señor Fire esté traicionando a los Gaster.


***

Estoy de vueltaaaa!!! Lamento la ausencia por tiempo indefinido, pero además de mucho trabajo, tuve recaídas emocionales por parte de un tratamiento de salud que estoy llevando a cabo, jeje. Descuiden, estoy bien, y por ello, es que me puse el proyecto de hacer mi tienda online de productos hechos por mi como parte de encontrar cosas que me emocionen mucho. Espérenlo pronto! n.n

Por cierto, qué les parecieron los nuevos capítulos de Deltarune? Yo aun voy en el cap 3, pero ya me han dado varios spoilers en redes sociales que me hacen decir... Le atiné!!! jajajaja. (No spoilers aquí porfis, sobre todo para aquellos que aún no han podido jugarlo).

PD. Aun no termino el cap especial n.nU

**Inserte teorías locas aquí**

¡Michi fuera!

:V 

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