Cap 2. Lejos de casa
El cielo se tornaba rosado entre las nubes que impedían visualizar más allá de lo que brindaba su belleza. Pronto oscurecería y era justamente lo que la humana y la flor habían esperado tras un buen rato en silencio en la pequeña colina situada un tanto lejos del pueblo.
Ante la primera visión de una estrella, una de las flores que estaban frente a Frisk comenzó a brillar a respuesta de la leve luz que emitía. Poco a poco el resto le siguieron con el brillo y en cuestión de segundos se iluminó todo alrededor de un bello azul. Una vez estando sólo la noche reinando, aquel hermoso paisaje se tornaba únicamente para ellos dos.
Frisk sonrió levemente al por fin poder visualizar algo así. Hacía tiempo que se había empeñado en cultivar las flores eco, las cuales no eran nada fáciles de poder cuidar al requerir demasiados cuidados, pero fue un reto que gustosamente había aceptado la humana y su recompensa estaba ante ella.
Se había programado que el primer brillo de las flores eco estaría para su cumpleaños y quería compartir aquel hermoso recuerdo con sus padres para sentirse nuevamente en familia, pero una vez más había tenido que ver algo sin ellos. Lo único que la tranquilizaba en ese momento era que Flowey le acompañaba en silencio.
Frisk se paró y comenzó a recoger las semillas que esparcían las flores. Las eco soltaban sus semillas ante su primera luz y eso las hacía muy difícil de poder conseguir más, porque tendían a florecer en donde mismo, además del hecho de ser especialmente nocturnas.
-Planeas hacer más luego ¿cierto? –Flowey simplemente la observaba.
-Si...
-¿Y bien? ¿Cuándo nos iremos entonces? –dijo sin rodeos.
La humana tardó en responder al tomar como prioridad en el momento el recoger las semillas. Las puso en una bolsita de tela que tenía para la ocasión y las guardó con cuidado en su bolsillo. Se paró y miró atentamente a las flores que apenas y le llegaban a las rodillas. En unos días más podrían llegar a ser más altas que ella.
-Nos vamos a casa –aspiró el leve aroma con tal de calmarse, pero lo cierto es que no tenían un buen perfume sus pétalos –Nos iremos esta misma noche.
Flowey no dijo nada y ni le interesó lo terriblemente apresurado que estaba su plan. Se quedó enredado en su brazo pensando seriamente sobre la humana y sobre lo que les pasaría a ambos de ahora en adelante.
Con sumo cuidado, Frisk entró a la casa evitando todo ruido posible. Notó que su madre ya se había dormido con la puerta cerrada en su cuarto y aprovechó aquello para irse a su cuarto y comenzar a empacar.
Sabía de antemano lo cruel que sería en su acto de irse sin avisarle a su madre, pero sabía que no le permitiría nunca irse a la ciudad y más para buscar a su padre, pero había tomado una decisión y era el buscar las respuestas por su cuenta. No podía estar más en la ignorancia de su propia familia ¿De qué se supone que la cuidaban?
En la pequeña maleta guardó únicamente lo necesario para no tener que ir cargada. No tenía ni idea de lo que podría encontrarse allá, sus recuerdos sobre la ciudad eran demasiado borrosos ante la poca edad en la que permaneció en ella.
Terminando rápidamente, cerró la maleta y la cargó con cuidado para no hacer ningún ruido. Una vez que bajó las escaleras, se topó con aquello que había querido evitar en todo momento. Su madre estaba parada frente a la puerta, pero no era el hecho de que le impidiera salir lo que la tenía estática en su sitio, sino el hecho de que la miraba con decepción absoluta. Aquello era completamente nuevo para la humana y hasta la flor estaba desconcertado de esa expresión suya.
-Niña ingenua... -la voz de Toriel se tornaba ronca, lo que le indicaba a Frisk que había estado llorando hacía poco –Si vas a la ciudad, ellos te matarán...
-¿Quiénes? –preguntó lo más calmada posible, pero aquello si le había alarmado ¿Así que la protegían porque querían matarla? ¿Por qué?
Toriel no respondió, simplemente agachó la cabeza un tanto abatida. Las pocas palabras que pudo pronunciar su madre la asustaron aún más.
-¿Me... odias?
Frisk bajó sus cosas de golpe y Flowey se enredó en la maleta para evitar todo contacto con la mujer cabra.
-¡No! Mamá, no... -la abrazó desesperadamente, en verdad no quería hacerle sufrir por más sentida que estuviera con ella. Adoptada o no, era su madre y la amaba –Yo...
Toriel le devolvió el abrazo y no pudo controlar el ponerse a llorar de nuevo, pero aunque reflejara el dolor de ver que su hija quería alejarse de ella, sonrió levemente. Lo entendía, en verdad que entendía por qué quería marcharse.
-Mis miedos... los pondré a un lado por ti, mi niña –Se separó de su hija para contemplarla mejor. Era cierto que ya no era una niña, sino ya toda una joven, pero no podía evitar recordarla tal y como la había conocido por primera vez junto con la otra niña huérfana, la cuales no dudaron ella y su esposo de adoptarlas –Por favor, ten mucho cuidado. La ciudad ya no es lo que era antes. Muchos monstruos detestan a los humanos, así como los humanos no se apiadarán de ti sólo porque seas humana.
Frisk trató de ver más allá de sus palabras, pero únicamente entendió que yacía un terrible odio entre razas en la ciudad. Supuso que ese era el problema y le sonrió a su madre para darle a entender que comprendía sus palabras.
-Me calma de algún modo que no vayas sola, aunque habría preferido una mejor compañía para ti –miró un tanto amenazadoramente hacia Flowey que las observaba un tanto aburrido.
-Estaré bien mamá, lo prometo.
Sin más, Toriel se apartó de la puerta y Frisk se fue a recoger sus cosas y a Flowey, quien seguía enredado en la parte superior de la maleta casi en la agarradera, lo cual hacía complicado el poder cargarla. La joven puso una mano en el manojo de la puerta dispuesta a salir inmediatamente, pero la voz de su madre le hizo detenerse un poco.
-Te pido únicamente que... no trates de comunicarte conmigo una vez que te vayas –Su susurro era un tanto doloroso –Espero que lo entiendas en su momento.
Lo cierto era que la joven no entendía del todo, pero supuso que se trataba de poder hacerle menos dolorosa su ausencia, por lo que simplemente asintió con la cabeza y se fue sin más de la casa.
Toriel en ningún momento la observó partir, por lo que el último recuerdo que tuvo Frisk de su madre en ese momento fue su espalda. Evitando que le siguiera doliendo ello, la humana se armó de toda determinación y siguió hacia adelante.
...
El recorrido había sido un tanto incómodo para ambos sujetos en la noche. No sabían que decir el uno al otro, por lo que se habían mantenido en silencio absoluto hasta llegar a la estación del tren para partir hacia la ciudad. Consiguió una pequeña maceta para Flowey antes de dirigirse a la taquilla, y con mucha dificultad había pedido Frisk un boleto al no saber socializar correctamente con alguien más que no fuera su madre o una flor. Con algo de prisa al no poder controlar más su incomodidad al respecto, se subió al tren y minutos después había partido estando casi solo el lugar en el que se encontraba. La mayor parte del tren eran vagones con carga para llevar a la ciudad.
-Ya te quiero ver en la ciudad tratando de comunicarte con los demás –se burló Flowey una vez que ya estaba marchando la locomotora –Si tanto te costó poder pedir un simple boleto ¿Cómo le harás para pedir indicaciones?
-Tiene que haber un mapa en la estación del tren en la que bajaremos –dijo casi en el acto como si lo tuviera planeado desde el principio –No habrá necesidad de pedir indicaciones.
-Si tú lo dices... -la sonrisa burlona no desapareció en un buen rato del rostro de la flor parlante.
Frisk sacó de su bolsillo la hoja en la que indicaba la dirección de su propiedad otorgada por su padre. De algún modo sabía que podría encontrar respuestas ahí, y de ser posible, a su padre en persona. Guardó de nuevo la hoja y se puso su sombrero viendo su reflejo en el cristal de la ventana, pero el paisaje nocturno que le daba el pueblo acaparó más su atención. A lo lejos en verdad parecían ruinas distantes de lo descuidado que estaba el lugar, pero de algún modo sintió nostalgia al verlo tan lejos.
Después de todo, fue su hogar.
-Dormiré un poco, Flowey –acarició levemente uno de sus pétalos, la cual le gruñó por su tacto mas no impidió que lo continuara haciendo –Me despiertas cuando lleguemos ¿va?
-No vine contigo para ser tu niñero –gruñó, pero a la risa de cansancio de la humana lo calmó un poco y dejó de observarla con ligero reproche de su petición.
Aquello fue respuesta suficiente para la humana.
-Muchas gracias, Flowey –sin más se quedó completamente dormida ante el arrullo que le daba el tren en su viaje.
...
No había sido necesario la intervención de Flowey para despertarse. Los rayos de sol en su rostro habían sido suficientes para indicarle que ya era momento de despertar. Notó inmediatamente que tenía una cobija encima y sonrió de saber que aquella flor que observaba atentamente el paisaje ignorándola por completo era el "culpable" de que pudiera dormir perfectamente.
Conmovida por su gesto, sonrió en lo que se acomodaba por completo para estar más atenta en el viaje. Sabía que más allá de aquel aspecto indolente que reflejaba Flowey, yacía un ser amable que siempre se preocupaba por ella, o al menos le gustaba pensar que era así (después de todo también conocía su lado agresivo).
-Estamos por llegar –avisó la flor sin mirar a la humana. –Prepara tus cosas, idiota.
Hizo caso a la petición en silencio. Se puso su sombrero y sus guantes y abrazó la maceta siendo no correspondida por Flowey. De algún modo el paisaje que brindaba la ciudad le era de lo más atrayente para la flor, lo cual le fue extraño que una planta le llamara tanta atención la ciudad, donde naturalmente no se podían desarrollar bien.
-Parece ser que te interesa mucho Ebott –sonrió levemente Frisk al lograr tener la atención de la planta, la cual la observaba un tanto irritado.
-Nada me interesa en este patético mundo –dijo seriamente –Sólo que es evidente que es muy diferente al pueblucho estúpido en el que vivíamos.
Flowey tenía razón de algún modo. En la ventana veían la inmensa ciudad a la que se acercaban y de algún modo eso la mantuvo determinada en el resto del camino.
Sin lugar a dudas, estaban lejos de casa.
En cuanto pararon se puso de pie casi en el acto tomando su maleta y maceta para bajarse de inmediato. No tenía tiempo que perder al querer realizar demasiadas cosas en el día.
Ignoró por completo al señor que le había dado los buenos días en la puerta al no saber cómo mantener contacto visual sin verse extraña. Una vez estando fuera del tren se percató de que había mucha gente en la estación, siendo en su mayoría humanos los que recorrían el lugar.
Aquello la puso más nerviosa de lo que consideraba. Siendo ella humana debía de algún modo sentirse identificada, pero al haber convivido más monstruos se sintió más extraña de lo normal, y más cuando la mayoría la observaban un tanto despectivos al estar cargando con la flor que evidentemente era más que eso. La única humana con la que había convivido perfectamente bien había sido Chara, la cual yacía años de que ya no era así por la evidencia de su muerte.
Respiró profundo y se armó de determinación para avanzar hacia adelante. Sabía que debía de afrontar aquella incomodidad que le daba el estar rodeada de tanta gente y se dispuso a buscar un mapa en el lugar sin necesidad de preguntar, pero tras una hora se dio cuenta de que su plan inicial no había sido tan sencillo como lo creía.
-Bien, estamos frente al mapa desde hace un siglo –se quejó Flowey harto de estar frente al letrero que contenía el mapa de la ciudad –¿Cuánto más necesitas para darte cuenta de que no tienes ni idea de cómo llegar ahí?
Flowey tenía razón. Por más que había encontrado el punto en el que tenía que dirigirse, notó el gran inconveniente de que no tenía ni idea de cómo ir hacia ahí, empezando por el transporte ¿Cómo se hacía para trasladarse en la ciudad? Todo era tan grande que sentía que serían días caminando para llegar a su destino, no sin antes perderse en el camino, lo que evidentemente le pasaría al no conocer nada.
-Pfff, idiota.
-Tal vez si será necesario pedir indicaciones después de todo –admitió un poco avergonzada.
-Los seres de aquí parecen ser más idiotas que tú –dijo despectivamente sin medir el tono de su voz. Le irritaba que varios humanos los estuvieran observando discriminatoriamente –Lo mejor será movernos de aquí, damos pena estando parados sin hacer nada.
Estando de acuerdo con Flowey, volvió a tomar sus cosas y se giró bruscamente queriendo alejarse de ahí lo más posible, pero aquel movimiento le hizo chocar con alguien tambaleándola por completo al grado de perder el equilibrio por tener sus manos ocupadas. Se habría caído haciendo el ridículo de su vida frente a todos si no fuera que había sido sujetada de la cintura por el ser con el que había chocado.
-¡Wooooo! ¡Cuidado! –Dijo el ser con voz grave, lo cual le indicaba que era un hombre con lo que había chocado. Frisk no observó al sujeto por la pena que le daba todo ello. No sólo le estaba hablando directamente, sino que estaba demasiado cerca y además la estaba tocando de la cintura ¿eso no era demasiado íntimo? Frisk estaba comenzando a sonrojarse por eso -Eso habría sido una fea caída.
-L-lo siento, yo... -se reincorporó rápidamente para no tener que estar más en esa posición tan comprometedora, pero seguía mirando al suelo evitando todo contacto visual -No me fijé que estaba usted ahí.
-Bueno, con esos ojos que tienes me sorprende que puedas ver hacia dónde vas –se burló el sujeto. Frisk no sabía cómo tomarse eso ¿Se estaba burlando de sus alargados ojos? Además de que le estaba tomando demasiado confianza al grado de hablarle de tu –De hecho aún no sé si los tienes abiertos.
Sin saber cómo reaccionar a eso, la joven se atrevió a levantar su cabeza para ver con quién se estaba dirigiendo. Para su sorpresa, se trataba de un monstruo (casi no había alguno en la estación) de su estatura y bien vestido para lo que acostumbraba ver ella en el pueblo. Pero era un tipo de monstruo que nunca había visto y lo primero que le llegó a la mente era que sonreía demasiado. Su madre mostraba más preocupación que felicidad en sus últimos años y Flowey... no precisamente sonreía por felicidad. Y siendo ellos dos su única vida social por varios años en su desarrollo, no estaba tan acostumbrada a aquel gesto que se suponía que debía calmarla.
Tenía todavía sus maleta y maceta sujetas a modo de protección de toda posibilidad de más contacto. No porque le diera miedo (realmente no conocía algo que pudiera darle miedo), sino porque no sabía cómo actuar al respecto. Flowey no decía nada, pero miraba al sujeto con irritación como si su mera presencia le disgustara por completo.
-Eres un esqueleto –dijo sin más.
-Brillante deducción –nuevamente percibió ese tono de burla en su voz, pero aun así le sonreía como si se divirtiera con su mera presencia. Aquello perturbaba un poco a Frisk, pero no lo mostró físicamente –¿Acalcio se puede dudar de eso?
Sin entender qué quería decirle realmente, el gesto de Frisk continuó estando inexpresivo. Tras unos segundos incómodos para la humana, comprendió que era muy descortés de su parte lo que le había dicho. Tal vez en la ciudad era demasiado discriminatorio mencionar la raza que era cada uno y se preocupó de malinterpretarse de esa forma. Debía de tener más cuidado con sus palabras si quería estar residiendo en la ciudad.
-Lo siento... es que es la primera vez que veo a uno –Admitió.
-Entonces espero haberte dado la mejor apariencia de uno –le guiñó el ojo en lo que se quitaba el sombrero a modo de saludo.
Aquel gesto extrañamente la relajó un poco. No entendía como era que el esqueleto le hablara con tal naturalidad si literalmente no se conocían el uno al otro, pero de cierta manera aquello le hizo admirarlo un poco en el momento. Ella no podía ser tan abierta como él.
-Soy Sans –Metió sus manos en su saco con tranquilidad y sin borrar su sonrisa –Sans el esqueleto, como tú descubriste tan audazmente.
La joven se sintió anonadada por eso ¿Debía presentarse con un desconocido? ¿Era normal eso en la ciudad? Si ni siquiera en el pueblo se atrevía a presentarse, pero consideró que sería muy grosero de su parte no responderle de igual forma.
-Frisk... Frisk la humana –supuso que esa era la forma de presentarse.
Sans se rio por completo ante eso, lo cual extrañó aún más a la joven ¿Qué había hecho mal? Estaba pensando seriamente en retirarse sin más y el comportamiento tan silencioso de Flowey le extrañaba todavía más.
-Eres divertida, Frisk la humana –Ese tono de burla comenzaba a incomodarle un poco, mas no dijo nada al respecto –Permíteme pagarte el favor de alegrarme el día ayudándote con lo que necesites.
No sabía qué estaba pasando ni qué había hecho bien en realidad, pero le atribuyó a la suerte que le llegara esa oportunidad sin necesidad de buscarla.
***
Lo sé, lo sé, me tardé mucho actualizando esto, pero era porque quería acabar algunos dibujos de este fic antes de actualizarlo. Por falta de tiempo no podrán verlo de momento, pero en cuanto esté listo lo podrán ver en el blog personal de este fic en tumblr :)
Visiten flapperflorist.tumblr.com para extras de esta saga! Esta es la portada oficial de la página ¿Que tal me quedó? :D (PD: soy caso perdido dibujando manos esqueléticas T__T)

Como podrán notar, Frisk no sabe nada de socializar a gran diferencia de Sans que es completamente sociable e indiferente. No es porque sea miedosa ni tímida, simplemente no tiene ni idea de cómo debe de actuar al respecto si su única verdadera compañía en su desarrollo fue una Flor sin sentimientos y una madre sumamente sobreprotectora.
¿Frisk podrá desenvolverse en la gran ciudad?
¿Por qué Flowey tan callado?
¿Sans secuestrará a Frisk? :V
Espero que les haya gustado mucho este capítulo y muchas gracias por la espera. Procuraré no tardarme tanto en sus actualizaciones, jeje.
Michi fuera!
;)
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