Lagrimas De Un Amor Pasado

Undyne no conocía aquello llamado derrota. Toda su vida había sido dedicada a superar sus limites, a formar el carácter de una mujer fuerte y confiada en sus habilidades. Quizás aquel respecto que infundada en todos era una simple reacción que se gano con sudor, con fuerza y demostrando ser aquello que siempre decían de ella. Una poderosa guerrera, amante de la victoria y que siempre sonreía incluso cuando la derrota estaba servida pues ese mismo día volvería a romper el caparazón que la hacía vulnerable.

Hacia tiempo que ella no sentía todo aquello que hacia en esos instantes. Sentía una gran tristeza inundar su corazón, era pesado como un clavo de hierro sujetando un cuadro y por sobretodo sentía rabia. Acumulada tras años de esfuerzos perdidos en no haber podido defender aquello que deseaba tener siempre, una dulce sonrisa de su amigo caído en batalla y sentía rabia por haber dejado que aquello desapareciese.

La ventana abierta de su casa permitía la entrada a una brisa gélida que la helo más de lo que ya estaba, y la luz exterior permitía dar un aspecto temeroso. Su vista era fría y muerta, siempre viendo hacia delante, nunca mostrando otra emoción que no fuese el vacío en sus adentros. ¿Lloro? Claro que lo hizo, e incluso el suelo manchado en sus lagrimas era prueba de eso, al igual que el dolor en sus puños por haberlos apretados tanto.

No podía aun reunir fuerzas para alzarse y demostrar quien era ella, porque no las encontraba. ¿Serviría de algo ir cuando la derrota estaba cerca? No tenía sentido para ella alzarse, luchar contra esas negativas emociones y reunir el valor para alzarse. Aun recordaba haber tenido el movil en sus manos, y el sentimiento de que todo lo malo podría acabarse despareció cuando no escucho nada. Fue lo primero que rompió.

Undyne aun recordaba lo que era la calidez en la sonrisa de alguien, y ahora no iba a poder disfrutar nunca más de eso pues no actuó con rapidez. Solo encontró una bufanda naranja manchada con leves motas de polvo que antes llegaron a forma un cuerpo esquelético. Nada quedaba salvo aquellos restos que lograron retirarse con el viento alzándose.

Su vista levanto tras escuchar un sonido extraño afuera, gritos incluso se podían escuchar seguidos del sonido del silencio. Fallando en su deber, y con la cabeza baja como un soldado sabiendo el error que había cometido, no hizo mucho. ¿Estaba temblando? No sentía aquello desde su lejana infancia donde el rey Asgore constantemente entrenaba junto a ella y luego esta iba con su maestro, herida para que fuese curada. Ese lejano recuerdo aun no la impulsaba para levantarse y dudaba que algo lo fuese ha hacer.

—¿Undyne?—una voz alterada, dudosa incluso, se hizo presente en el lugar, aunque la mencionada no alzo su mirada para saber su origen pese ha conocerlo.—T-Tenía miedo, pensaba que no ibas a estar aquí...—aclaro esa voz. Undyne no se movió, siquiera levanto su mirada.

Al frente suya la sombra de un infante se hizo presente. Aquel jersey de rayas marrones, con amarillas lineas, se hizo presente junto a un paso apresurado y nervioso, alejado de aquel feliz que solía tener el niño. Kid había sido un dolor de cabeza para Undyne, y ahora no deseaba que la viesen rendida en el suelo, con su orgullo derrotado y sin nadie que pudiese levantarla.
Cuando el chico la observo tuvo una mezcla de emociones tristes, y no sabia que hacer con ella porque nunca vio a su héroe así.

El silencio fue lo único que se percibía, rompiéndose en algunas ocasiones por el sonido de gritos o flores eco repitiendo esto. Se podía escuchar a la perfección gracias a la falta de voces. La cola del infante pateo el suelo, nervioso aun por no saber como expresarse y simplemente se acerco a la mano de la chica, intentando cargar su peso.

—¿Undyne?—dudo el infante al sentir la mano de la chica fría, pero se tranquilizo al escuchar su respiración, aunque imperceptible. Insistió.—Tienes que levantarte...

Ella no hizo un movimiento que no fuese provocado por la energía que el niño estaba mostrando. De alguna forma sentía una mirada de sus ancestros, de sus maestros, acusando su falta de autoridad y como esta acababa de rendirse sin querer hacer nada ahora. Siguió tendida en el suelo, sin interés por nada que no fuese el hecho de que el humano ya viniese para finalizar con su sufrimiento.

—U-Undyne, te necesitamos. El chico, ese salvaje, quiere ir al castillo.—exclamo Kid y la vista sin vida de la capitana se alzo para verlo. Aunque el infante tembló, se mantuvo firme.—Si no lo detenemos seguirá destruyendo todo a su paso, nadie lograra pararla salvo tu.—tantas esperanzas la hacían temblar de impotencia y rabia. Si hubiese sido más rápida siquiera hubiese muerto alguien.—Por favor Undyne... Asgore te...

—Nadie necesita a una capitana que no es capaz de proteger a sus soldados.—exclamo ella de golpe. Kid noto su voz apagada, ronca y sin emoción alguna.—Lo más sensato que pudiste haber hecho fue haberme dejado aquí y haberte ido... Asgore lo arreglará, siempre lo hace.—aclaro ella, pero Kid negó con la cabeza.

—Una extraña flor me dijo que tú eras la única que podía detenerlo y creo en ella.—esperanzador, como de costumbre, Kid animo a su héroe a luchar nuevamente.—Y... yo no voy a dejarte aquí.—aquello, aunque hizo despertar una sonrisa en Undyne, volvió a agachar la cabeza. Volvía a sentirse inútil.

—... deberías... los héroes están hechos para el bien, pero no siempre pueden frenar el mal...—el silencio fue tajante y pese a que Kid insistió, el empujón de Undyne le dejo claro su punto.—Vete Kid, solo soy peso muerto... polvo que merece volar.

La clara molestia que el niño tenía en ese momento no se podía comparar con la tristeza que este poseía, pues si la capitana hubiese levantado su vista debería haber encontrado el rostro inmóvil del infante con aquellos ojos grises cristalinos que relevaban su interés en soltar algunas lágrimas, pero aun así aguantaba. El hecho de haber llorar en ese instante no le hubiese quitado la razón en sus palabras, pero Undyne aun no entendía porque alguien se preocuparía por alguien como ella.

—Mentira...—se quejo, moviendo la cabeza ya con desesperación.—¡Todo aquello que dices es mentira y no es verdad! Los héroes caen, pero siempre encuentran algo para levantarse y enfrentar las amenazas que aseden a todos los que tienen que proteger.—una reflexión cierta, pero vacía. Undyne aun no se movía y Kid desistía de dejarla sola.

El sonido del agua cayendo en el suelo era todo lo que queda, era todo el sonido que los oídos de ambos monstruos escuchaban. No escucharon nada, y eso asustaba a Kid. Era un niño inocente que aun no sabía la dureza del mundo que le rodeaba, y si lo hacía, no era tan consciente de esta como un adulto lo estaría, un adulto como Undyne que había vivido lo suficiente para entender que este mundo era cruel cuando nadie te apoyaba.

—¿Porqué no nos quieres ayudar? Nunca habías dudado antes...—se pudo escuchar el fuerte golpe de la cola en el suelo.—¡No puedo creer que te admirase!—su quebrada voz daba a entender que las lagrimas salían de sus ojos.—¡Hasta Sans parece más preocupado por nuestra situación que la gran capitana Undyne!—luego de eso dicho se escucharon los pasos alejados del niño, escapando, junto a los sollozos que escapaban de su boca.

Pero aun nada. Toda rabia o energía que tanto la caracterizaba no salía a flote en este precioso momento y simplemente volvió a agachar su cabeza para apoyarlas en sus rodillas. Pensó en sus padres, y lo decepcionados que estaban al ver el fracaso personificado en su hija. Pensó en su maestro, quien la acogió cuando esta aun eran una niña que desconocía del mundo, mirándola esperanzador y luego pensó en Asgore. Él tenía una mirada perdida, y el desaparecido brillo en sus ojos daban a entender que la poca vida que tenía había desaparecido.

Recordó toda su vida, intentando encontrar algo para levantarse y seguir luchando pero aun no encontraba nada. Dudaba, no deseaba reaccionar y al final decidió agachar, de vuelta, su cabeza. ¿Iba a ser capaz de luchar cuando nadie podía detener los gritos y el polvo volando, cubriendo cada rincón de Waterfall?

—Undyne...—aunque fue un susurro, lo escucho a la perfección. Levanto la mirada, con brillo en su mirada pero aun rehacía a la verdad.—Undyne...—¿aquella voz disfrutaba con su tortura? Sonaba demasiado calmada para ser una molestia, si debía ser sincera.—No eres tú Undyne... ¿que ha pasado?—la voz aun hablaba bajo, como si temiese por algo.

Se asusto, y de haber podido brincar hacia atrás lo hubiese hecho. No encontraba las palabras para hablar, y no deseaba hacerlo al parecer pues la imagen de su aprendiz, usando esa bufanda naranja igual a la suya, con la cabeza en sus manos le había dejado con los ojos como platos.

—¿Papyrus?

Fue todo lo que pudo articular, y de pronto tuvo la necesidad de llorar. Había fallado a la confianza de su amigo, de su aprendiz y no encontraba formas para disculparse con este. La paciencia del joven esqueleto era notoria, pues mientras la capitana acomodo su brazo derecho para llorar sin que la viesen, estuvo esperando algún comentario de ella que no llegaba.

—Yo lo siento tanto...

—Lo se.—aclaro el esqueleto, ahora usando un tono confiado, pero aun bajo. Extrañaba demasiado el entusiasmo con el que lo conoció.

—Pude haber hecho más...

—Pudiste sí, pero el hecho de que no pudiese antes no quiere decir que ahora no puedas.—no estaba realmente ahí. Undyne lo supo cuando sintió viento golpeando su hombro.—Siendo sinceros me sorprende mucho encontrarte aquí. Pensaba que siempre habías gustado de una buena batalla con un humano.

—Eso no es un humano Papyrus...—aclaro ella, apoyando de vuelta su cabeza en las rodillas, pero no desapareció su vista. Ya podían verse esa vida de vuelta en ella.

—Ya lo sospechaba cuando recibí la noticia de que las Ruinas y El Bosque habían quedado reducidos a simplemente polvo... ¿aun no entiendes que te necesitan?

—Nadie necesita a alguien que no es capaz de defender a sus amigos.—ella aparto la mirada con brusquedad, y rabia. Incluso se puso de pie sin haberle pedido a su cerebro esa acción.—¿¡Qué quieres de mi!? ¡Solo eres un fantasma, un ser que esta aquí para molestarme!—grito ella, frustrada y ante el asombro del esqueleto.—¡Vete!

—... No.

Fue tajante e hizo que Undyne, de forma leve se calmase. Nuevamente las emociones volvían a ella, el saber que la muerte de su amigo no hizo que este perdiese las esperanzas en ella le hizo mantenerse de pie. Miro la lanza azul, aun clavada en su pared, y la apretó con su mano derecha. Su fuerza hizo que la piel levemente fuese arrancada por la magia azul de la lanza, y poco a poco la empezaba a retirar. Sentía un diferente sentimiento llenándola, lejano a la rabia, lejos de ser aquel entusiasmo característico suyo. Sentía aceptación, aquello era lo que le impulsaba hacia delante.

Nunca se iba a perdonar por las vidas que pudo haber evitado, por el peso que ahora todos cargaban pero sabía que podía quitarle la carga a las personas adecuadas. Gruño levemente cuando la lanza casi escapo de la madera, rugió cuando esta por fin salió a costa de perder parte de la piel en sus dedos y simplemente se quedo así. El brazo derecho muerto, en una posición descendiente. Sus dientes eran apretados con fuerza, casi pareciendo que deseaba romperlos. El fantasma de Papyrus se quedo ahí, inerte, observando la decisión de la capitana porque ambos sabían como todo acabaría.

—No saldré de esta...—aclaro la capitana, rompiendo el silencio entre ambos seres.—Joder, hemos hecho tantas cosas mal todos... supongo que ahora mismo nos toca pagar todos los pecados antes de nosotros. Esa cosa, sin duda alguna, es un demonio que ha venido a llevarnos lejos de aquí, lejos del mundo que amamos. Por desgracia tengo mejores planes...

—¿Cual es ese Undyne?

—Luchar, vivir y nunca retroceder. Antes de mi Gerson, el martillo de la justicia, fue quien usaba este lema para sus batallas. Siempre luchar por el mañana, vivir el presente al máximo y nunca retroceder por las acciones pasadas. Lucharé por el mañana, así como él, pelearé para conservar la historia de los monstruos y...—apretó con fuerza su puño izquierdo, sonriendo pero el sudor frío en su mente revelaba una verdad muy cierta. Ella creía lo que decía, más nada de esto la salvaría.—... lanzaré mi lanza con tanta fuerza que aquel que vino de las Ruinas se arrepentirá del mal que hizo.—con decisión Undyne giro su cuerpo, concentro su mirada en su armadura para acercarse a ella.

Negra como la noche era, con aquel casco oscurecido que cubría su cabeza de lesiones. Llevaba una hueco donde sus pelos largos y rojos podían escapar, algunas veces dando la sensación de tener una pluma presente en esa zona. Sus hombreras estaban manchadas de polvo, polvo que entraba por la puerta que Kid dejo entreabierta y cuya luz de las flores ecos permitían a la capitana ver eso, ver la muerte... pero ahora no temblaría porque lucharía. Una vez su armadura se coloco, junto al casco, hablo con esa voz haciendo eco.

—¿Papyrus?—ella se giro. Su vista cambió, ahora siendo de un brillante celeste.—Ganaré tiempo para que algunos se salven... y cuando eso pase tú y yo hablaremos sobre tu actitud al asustarme de esta forma.

¿Dejaré algún día de hacer cosas sads, llena de dramas? Si enserio alguien se pregunta eso es porque de verdad no tiene ni idea de como es mi estilo de escritura jajajaja
Haber, siempre he tenido un amor por Waifu Fish.

Desde que conocí Undertale se volvió uno de esos placeres que amo escribir por como se representa. A mi me gusta romper mucho a los personajes, que sufran y con Undyne es de esos personajes que más amo hacerlo. ¿Porque? Simple placer. Amo hacerla débil, algo no muy visto y que me encanta hacer.

Por otro lado, un pequeño aviso. Este mes, y el siguiente, creo que solo van a tener relatos que guardo desde hace mucho y que me anime a publicar por Wattpad porque se me antojo pues creo pasar por un bloqueo que, honestamente, no viene en el mejor momento. Le quiero dar duro a las historias que creo pero, buaj, no hay ganas y solo quiero olvidarme de todo, leer algo o mirar la TV.
O sea, vacaciones que cogí ilegal.

Solo lo cuento por si alguien se animo a llegar al final y enserio ame lo que escribo. Lo dudo, pero hey, optimismo hasta el final :D

Bạn đang đọc truyện trên: TruyenTop.Vip