Promesas de amor

 Un día le dije a la soledad que la amaba, que la amaba con locura, que necesitaba la dulce longitud de sus susurros inaudibles, que anhelaba dormir en sus brazos de sueño siempre en constante aparición, y ella, ante mi confesión de amor, mirándome de frente, y ante mis deseos de amarla y no dejarla ir nunca por nada de este mundo, me sonrió. Me sonrió con una sonrisa inmensa, con una ola de sentires lascivos y coquetos. Desde entonces, ella no ha dejado de acariciarme, de aconsejarme, de ayudarme a crecer y de abrazarme cariñosamente por la espalda. Yo, por mi parte, no he dejado de besarla. Sí, cada día la beso, cada segundo que puedo, a veces mientras permanecemos ocultos tras las cortinas de la vida, y a veces mientras entonamos suave y melodiosamente nuestras canciones preferidas. Claro, yo la amo. Yo la amo con todo mi ser. La amo más allá de la vida misma, más allá de la existencia. Y ella sabe que la amo. Ella sabe que le debo todo lo que siento, todo lo que soy. A veces, me percato, la lluvia o una mirada cualquiera son todas las gotas de agua prendadas en su bella y deseosa piel. Y claro, yo escribo estas palabras y mientras escribo ella no deja de abrazarme por la espalda. Yo le prometí, hace mucho, todo mi amor y puede que toda mi alma, y ella, por su parte, me prometió no sólo que siempre será la única musa capaz de quererme, sino una sonrisa viva y luminosa que siempre estará presente. Una sonrisa capaz de atravesar todas las lluvias de la vida. Sí, hoy, como de costumbre, dormiré tranquilo bajo el amparo de su amor y su sonrisa.  

Bạn đang đọc truyện trên: TruyenTop.Vip