Extra 6


Para Utahime sostener el cuerpo pequeño de sus bebes y mirarlos a los ojos era su deseo más hermoso.Absolutamente cada una sus contracciones y dolor valdría la pena. Aunque la tristeza de los primeros días del año la abrumaba y cuidar de Satoru sabiendo que nunca despertaría ,conservando la única esperanza de que la barrera y su energía le permitirían al cuerpo de su esposo mantenerse vigente.Sabía que nunca abriría los ojos. Que nunca estaría con ella, que jamás la molestaría con sus besos sorpresivos. Lo extrañaba demasiado y algunas noches sentía que su cuerpo lo buscaba.

Tenía miedo de que ese calor dentro de ella necesitara de otro, pero no había nada que hacer, no podía desnudarse con nadie más que no fuera él y para colmo estaba embarazada.
Si se miraba al espejo podía ver esa curva enorme donde el hombre que más amaba dejó su legado.
Estaba lejos, nadie excepto Shoko estaba al tanto de su embarazo.La barrera fue estabilizada justo antes de que su hakama no pudiera ocultar más la situación. Aunque a los ojos de muchos no había nada que esconder, pero para el clan Gojo no era así. Tenerla embarazada del jefe de su clan era un problema.

Gojo separó parte de su riqueza previniendo que sus familiares evitaran que sus hijos reclamaran su herencia. La instruyó cuidadosamente de todo, y aunque en documentos eran ricos, era necesario no confiarse de la ley. Utahime tenía dinero en efectivo suficiente para estar sin preocupaciones los primeros años de vida de sus hijos.

Sus hijos

Ella sintió que el corazón entraba en un galope infinito cuando la cara de la médico cambiaba de expresión. Hundiendo el equipo de ultrasonido en su panza y cerrando los ojos sin hablar. Hime sentía que su corazón se iba a salir , sumándose al dolor constante en sus pechos que se desbordaban cuando aún no había dado a luz.Cuando Satoru estaba con ella era mas fácil: sabía donde besarla o acariciarla para detener o entretener su dolor. Podía observarla durante horas, como si delante de él ocurriera un espectáculo y así lo era: sus niños estaban creciendo y formándose. La familia que construyó en el momento menos indicado.

-Señora, tiene gemelos.

Los ojos se inundaron de lágrimas.Tocó el vientre intuitivamente.
Realmente no esperaba esa noticia, su mayor preocupación era atesorar lo único que tenía en esos momentos, si le ocurría algo a su hijo ella se imaginó dejando este mundo.Por eso el suspiro de alivio cuando la expresión de la especialista no era debido a que su bebé estaba en peligro, sino por el hecho de que el dinero que habían ahorrado juntos tendría que rendir el doble.Le causó mucha gracia todo hasta que sintió ganas de contarle a alguien y se dió cuenta que él no estaba allí. Para otras mujeres podía resultar ridículo un pensamiento tan pesimista pero para Utahime, si sacaba a sus hijos de la ecuación, todo resultaba innecesariamente trágico y duro.

Apenas se habían entregado uno al otro , a penas se conocían y había sido hermoso.

Podía no haberse confesado, dejar todo allí y tal vez hubiese dolido menos. Podría culpar a todo lo que había vivido juntos. Podrían ofrecerle la oportunidad de regresar en el tiempo y borrar esa declaración y lo que vino después pero ella sabía que nunca aceptaría.

"Pudimos habernos casado antes" .Pensó en ellos contrayendo matrimonio a penas terminada la academia. Pudo haber sido hermoso. Utahime era una jovencita inexperta y si Satoru era más apasionado además de inexperto, no dudaba que el desenlace hubiera sido el mismo: una familia enorme. Los tomarían de la mano a ambos, los observaría mientras su padre les mostraba el mar por primera vez y a lavarse los dientes. Todos podían cuestionarlos por ser padres jóvenes, por no tener cuidado, por ser negligentes en un mundo donde hechiceros como ellos tienen vidas duras y cortas.Hubieran podido afrontar las críticas de todos, tomarse de la mano y abrazar a su niños. Luego se preguntó si en ese futuro hipotético su familia hubiera sido una carga.Ella tenía lo necesario para reponerse , ahora que iba a ser madre lo sabía.Satoru sería un hombre mucho más ocupado, eso si, pero Utahime cree que las sonrisas pequeñas  valía todos los sacrificios.

Sus hijos tendrían diez años.

Como cualquier pieza que se cambie de lugar en el pasado, evidentemente su futuro sería muy diferente. No sabría con exactitud si los acontecimientos actuales serían replicables. Tal vez Satoru hubiera tomado decisiones distintas. ¿Quién sabe?

Pero ese pasado no existió. Una mezcla entre su imposibilidad de ascender a primer grado y su diagnóstico..... la hicieron deprimirse. Tambien Satoru tenía sus propios problemas, no estaba para chistes. Y pasaron 10 años.

Tener a sus alumnos cuidando de ella porque no fue capaz de hacerlo sola era realmente abrumador.

-Satoru. Vamos a tener gemelos. Son dos niños.Sé que si pudieras estarías aquí y serías tan feliz...

Tocó la frente de él, inmóvil y tersa.

"Yo elegí esto" se decía a si misma cuando la culpa la llenaba.
Shoko rodeó a Utahime con sus brazos:

-Mientras yo viva Utahime, no dejaré que nada les suceda. Enfócate en ellos.

-Si.

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